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Igual que ella.
Como todos los días me dirigí a mi trabajo, me subí a mi carro último modelo y me fui. Soy periodista, no soy amarillista ni mucho menos. No escribo para ninguna revista de política ni espectáculos. Escribo para una revista que sale mensualmente, habla de todos los temas, sociales, economía, espectáculos, política, astros, y ayuda comunitaria. Esa es mi sección, ayuda comunitaria a los 20 años hice mi primer texto y tuve éxito. Recuerdo que mi jefe me dijo que si algún día el faltaría yo sería el indicado para estar en su puesto. Nunca me la he creído, pero mi trabajo es bueno. Tengo una excelente relación con todos mis compañeros. Mi esposa tiene 30 años y yo 33, tenemos una bebe hermosa llamada Karla. Mi esposa se llama mariana, ella se dedica a la venta por catálogo y le va muy bien. Pero como decía por la mañana salí en mi carro y me dirigí a mi trabajo, llegué a una avenida principal muy transitada y paré en una esquina. Mi carro siempre lo mantengo limpio, nunca llego con el carro sucio, si por la noche llovió hago el esfuerzo por levantarme más temprano y limpiarlo. Una chica muy sucia se acercó a mi carro, se trepo y lo intentó limpiar, yo le toque el claxon y la asusté. Mi reacción fue bajar el vidrio y pedirle una disculpa. El semáforo marcó el siga y ya los carros de atrás tocaban para que yo avanzara. Llegué a mi oficina y me di cuenta de que era la hora de salir a buscar una nueva historia. Así como los periodistas o reporteros de espectáculos iban a buscar su nota a las alfombras rojas, presentaciones de obras de teatro, yo iba a los bares, instituciones de adopción, centros de rehabilitación. Para esto solo tomaba mi grabadora, mi libreta y mi pluma marca Parker. Y unos 50 pesos en la bolsa. Le dije a mi secretaria que iría en busca de la chuleta, y ella sabe que cuando digo eso en dos o tres días no me aparezco por la oficina por que ando en busca de historias que llenen mi sección. Pero más allá de querer llenar con puras letras mi espacio que por cierto es de 3 a 4 hojas y por los dos lados, siempre quiero ayudar y no queda nada más que en la nota, sino que le doy seguimiento al caso. Por ejemplo días antes de casarme con mi adorable esposa, me topé con una chica enferma de cáncer que su sueño era casarse con su novio menor que ella enfermo de cirrosis. Mi esposa y yo compramos nuestros trajes y después de la boda los donamos a esa pareja y fuimos sus testigos. A sí que me doy a la tarea de ayudar. Como decía salí de la oficina y doble a la izquierda, donde me fui a un parque lejos de la oficina. Siempre camino hasta donde el viento me lleve en busca de mi trabajo. Disfruto de el pero a veces me dan ganas de escapar solo de escuchar de las historias con las que me tengo que topar.
Un par de chicos de una secundaria técnica se habían ido de pinta y por casualidad escuche que se irían a un bar a buscar su juguete, no sabía a qué se referían con su juguete, pero sabía que era algo malo ¿Cómo es que un par de chicos de 14 o 15 años van a buscar un juguete a un bar? Sabía que era algo malo. Dieron las 3 de la tarde y le hablé a mi querida y me dijo que mi bebe hermosa había comido y estaba dormida, le dije a ella que probablemente no llegaría a dormir. Me dio la bendición por teléfono como siempre y me dijo que me cuidara. Dieron las 3, en una esquina me comí una torta de milanesa con un refresco de naranja. Al terminar vi a los mismos chiscos atravesar la calle, pagué mi cuenta y los seguí. Entraron a un bar de muy mala muerte. Esperé a que se adentrara la noche mientras yo checaba el movimiento del lugar. En ese lapso vi a un sin fin de chicas entrar y salir del lugar.
Dieron las 8:15 de la noche y entré, un hombre de estatura enorme me dio el visto bueno y me dejó entrar sin ningún problema. Me instalé en una mesa al fondo del lugar, cuando la noche empezó. De fondo se escuchaba una voz que decía, que le diéramos un aplauso a paulina. De pronto la luz se apagó y humo salió del fondo de la tabla enorme que se encontraba en medio del lugar. Del fondo salió una mujer, bueno una niña de aproximadamente de 14 años. Lucía un mini bikini en color negro totalmente desarrollada con las piernas rasuradas, sin bello en el área del bikini. Con tacones de plataforma, dio media vuelta y lograba ver su espalda y demás… lucia muy sexy y toda una profesional, se dobló y las manos, las podía poner en el piso sin doblar las rodillas. Se arrastraba en el piso, y se colgó del tubo. Como toda una profesional. Al terminar el público que la rodeaba abajo le aplaudía, desde luego que yo no aplaudí. Por qué me imaginaba a mi mamá, a mi hermana, a mi mejor amiga, a mi esposa o peor a un a mi hija, bailando enfrente de 15 animales esperando comerse hasta el último suspiro de su juventud.
La chica terminó su sensual número y se metió de nuevo a los camerinos, un hombre pidió verla, pero dije no. Ese hombre no, creo que esa chica tenía algo que contar. El hombre no pagó lo suficiente a 20 pesos pero yo di 22 pesos y por 2 pesos más me la dieron a mí. ¿Cómo era posible que a una niña le pongan precio? ¿20pesos? ¿22pesos? Al entrar para poder verla le dije que me la llevaría a un hotel. Cuando la vi no podía creer que era la misma chica que asusté cuando toque el claxon de mi carro. Me vio, tomó sus cosas y nos fuimos a un hotel cerca del lugar. La habitación por supuesto que la pague yo, fueron 250 pesos. Me dieron un par de toallas la chica tomó la llave y se adelantó al cuarto, la recepcionista me dijo que a la vuelta se encontraba una farmacia y que los preservativos estaba a buen precio. Me subí y la chica ya se encontraba desnuda y con las piernas abiertas, podía ver a una niña con actitud de mujer. Cerré la puerta con seguro. Y empezó a tocarse sus partes. Eso me dejó un poco helado a comparación de lo que enseguida pasaría.
-bien, yo pongo las reglas. – Dijo ella muy segura – solo sexo anal. Y oral pero con condón.
-no quero sexo. – dije.
-¿Qué?, mire señor…
-espera, cámbiate. No quiero nada. Ten ¿está bien así? – le di 500 pesos.
-que quiere. – pregunta ella.
-trabajo para portales. De la sección ayuda social.
-permiso. – dijo ella.
Y se fue. Salí detrás de ella. Y ya no pude verla, sin querer acosarla regresé al día siguiente y me di cuenta de que vivía en una vecindad.
Entré y la vi que tendía su ropa en el patio.
-hola – dije temeroso.
-¿qué quiere? Vallase no quiero que me meta en broncas.
-cálmate, me llamo Ramón Arriaga – le dije extendiéndole la mano. Supongo que vio confianza en mí que me dio la mano.
-¿quiere servicio?
-no, solo quiero escucharte. – le dije. Solo miraba hacia abajo pero nunca me miró a los ojos.
-¿quiere pasar?
-mejor en otro lado. – le respondí.

Y la llevé a un hotel de lujo. Pedí una buena habitación en el noveno piso. Recuerdo que entro y por primera vez la vi sonreír. Y se aventó a la cama dejé mis cosas en la mesa y ella se sentó en la cama.
-ok – dije- soy reportero, siempre cambio la identidad de la gente que entrevisto, nunca he dado un detalle a nadie de lo que investigo.
-¿y por qué yo?
-porque el destino te puso en mi camino. Quiero escuchar tu caso no te apures te voy a pagar bien. Te puedes bañar y comprarte algo de ropa y pedir algo de comer al restaurant. ¿Empiezas?

Me llamo perla, tengo 15 años. Vivo sola crecí en una vecindad cerca de esta. Mi mamá o bueno esa señora me tuvo a los 13 años, de un hombre ¿Cuál? No sé. Siempre anduve mugrosa – mientras decía eso de su bolso sacó un cajetilla de cigarros y se llevó uno a la boca – sin zapatos, sin comer. Una señora me regalaba un bolillo que era lo único que a veces en el día comía. Tenía un hermano mayor, pero nunca me hizo caso, él era un vago bueno para nada. Llegó la hora de entrar a la primaria y una señora me regaló el uniforme de su hija y pude entrar a la escuela. Los libros y cuadernos me los regalo la señora que vendía tamales en la esquina. Mi mamá nunca estaba, por las mañanas nadie me preparaba mi desayuno. Me iba a la escuela con la panza vacía, los niños en la escuela me tenían asco porque no me bañaba, crecí y cuando cumplí los 9 años empezó mi historia, desagradable historia. Me preguntaba donde trabajaba mi mamá, siempre llevaba diferentes hombres a la casa. Los metía a su cuarto y dejaba la puerta entreabierta y yo veía como ella se trepaba encima de los hombres y gozaba como loca. Me daba asco. Me salía de la casa y regresaba por la noche. Pero ella ya no estaba. Cuando cumplí 10 años me di cuenta que mi mamá era prostituta por que un compañero de mi clase me dijo que su papá la había contratado para un servicio.
Una noche llegó con un hombre e hizo lo de siempre. Pero esta vez La señora repitió más de una vez, se le ocurrió meterlo a nuestras vidas. Ya dormía en la casa, mi hermano discutía seguido con él. Pasó un año de aguantarlo hasta que llegó mi primer periodo, no entendía que era lo que pasaba hasta que una maestra me lo explicó. Un sábado por la noche mí madre llegó muy borracha y mi hermano roncaba como tractor, cuando ese hombre llegó en busca de una mujer para complacerse pero como mi madre estaba ahogada en alcohol me vio a mí. Del cabello me jalo y me llevo al baño, yo gritaba que me dejara en paz. Me rasgó la ropa hasta que me puso por detrás y… me violó. – Yo no podía respirar de cómo esta chica contaba su vida con tanta frialdad, pensé en cortar la plática pero deje que ella se desahogara – el me daba de nalgadas por más que gritaba nunca nadie me escucho. De pronto el termino y me aventó al piso del baño. Lloré toda la noche, sin poder levantarme me quede en suelo. Por la mañana le dije a mi madre y me acusó de que le estaba quitando a su hombre. Y me corrió de la casa. Llena de sangre en las piernas llegue a las afueras el bar de donde ahora trabajo y el dueño me “tendió la mano” no tenía nada de ofrecer, así que me empecé a dedicar a la prostitución, me desarrollé muy bien y tengo cuerpo de mujer, me prostituyo desde los 11 años he tenido clientes de todo tipo. Como es la vida ¿no? Terminé como ella. Como toda una ramera.
En total se fumó 8 cigarros. Cruzaba la pierna, era toda una mujer.
-¿has visto a tu madre? Le pregunté
-¿a esa? Ja, lo único que sé es que el tipo la mató a golpes y el hombre le dieron un disparo en el corazón en una balacera al intentar robar un banco. Y mi hermano. Él está purgando una condena en la cárcel por asesinato y venta de drogas ¡que linda familia!
Se levantó de la silla y se metió a bañar. Salió completamente desnuda del baño y se secó en el cuarto cuando la vi me di la vuelta para no verla. Le di su dinero y se fue. Seguí frecuentando el bar, nunca se acercaba a mí. Varias veces vi como se la llevaban algunos clientes. No publique su historia hasta mucho tiempo después. Para ser exacto un año después. Un día llegue a mi oficina y vi la portada de un periódico de nota roja, que la foto me dejó helado. El encabezado decía “venganza de hermanos” vi la foto y se trataba de perla. Estaba muerta fui al forense y nadie identificó el cuerpo, hasta que llegue, la vi en la plancha estaba totalmente golpeada de todo el cuerpo. Le di santa sepultura. No le llevo flores seguido pero. Casi siempre luce vacía su tumba. Su hermano al poco tiempo apareció colgado de un puente. Las hojas donde escribí las palabras de las traspasé para que fueran parte del número 200 de la revista. Al final de la nota escribí “en honor a ella” y de título “igual que ella.”

Texto agregado el 14-05-2012, y leído por 236 visitantes. (0 votos)


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