Madrugadas reflejadas sobre el frio mar de Lima,

La ultima pitada al cigarrillo,

La ultima cerveza que se brinda.

Interminables conversaciones sobre la vida.

Y luego caminar a lo largo del malecón con los amigos,

Riendo fuerte, despreocupados y llenos de vida;

Las muchachas en flor nos acompañan y nos aman,

Sin tristeza ni remordimiento puro sentimiento.

Toda la vida por delante,

Viejas casonas señoriales perfumadas de jazmín

Y la bahía iluminada desde Chorrillos hasta el Callao.

La madrugada nos acompaña camino a casa,

Alguien propone la última cerveza y un buen ceviche,

Mientras una gaviota solitaria dibuja el cielo con su grácil vuelo,

Y la vida se extiende como ese inmenso mar que nos llena la mirada.



(*) Éramos jóvenes, éramos locos, Canción LA BOHÈME de Edith Piaf