Mi dulce rosa
mi verde esmeralda
deja reposar mis ojos
en tu bella mirada...
Déjame acariciar tu sonrisa
disuelta en el aire
y hacer de tus labios
mi obra de arte.

Mi pequeña princesa
mi valioso diamante
susurra en mis oídos
la voz de tu interior,
cada nota de sus versos
escrita en nuestro lecho,
componen la más bella
sinfonía de amor.

Mi ángel dorado
mi único tesoro
plasma tus sentimientos
en la inmensidad de mi ser
y hazme volar junto a ti...
hacia el infinito cielo
cuando el día llegue a su fin.

Sagrada belleza
de misteriosos encantos
apaguemos las estrellas
y encendamos la pasión...
con la chispa de tu beso
y la llama de mi corazón.

Enyelord