Te quiero
como quiero yo a La Tierra,
como quiero a este mundo enorme,
a este universo inmenso.
A veces me siento
como un astro en su loco recorrido,
dejando al pasar un mìnimo destello;
capaz de admitir su anterior presencia...
Y mi vida es en ciertos instantes
como la de ese astro...
destellos fugaces,
tenues gemidos;
constante vivir llamàndote.

Ya no a precio a verte,
a sentirte como antes;
ya que el tiempo teje
sin cesar, entre nosotros,
esa fina y transparente red que nos separa;
que deshune, aùn no sè si para siempre,
nuestras almas
y que libera nuestro amor inconcluso.
Y aùn mi vida
sigue vagando como ese astro.

Me veo a cada instante luchando contra ella,
en tan extensa y enmarañada red,
que a veces presiento
de ahì no escaparè.

Me siento como un insecto al ser atrapado
por una de esas plantas de lejanas selvas.
Trato, lucho y agonizo
por salir de ella...
màs no puedo ya,
mis fuerzas se agotan,
mi sentir se resquebraja,
mi dolor se produndiza
aùn màs allà del tiempo en la distancia.

Mi vida cuelga asì
de un hilo fino y largo
en este mundo enorme,
en mi universo inconmensurable de amar
y en el apetecible deseo de seguir amàndote
cada vez màs.

Me siento aùn màs allà de nuestro espacio,
en otro habitat colgado de otra estrella
a punto de caer en el vacìo infinito
y comenzar a vagar,
solo a vagar sin sentido
para poder dejar la presencia
de cuanto te quise,
cuanto te quiero ahora
en el extraño silencio,
con este sonoro eco,
de mi constante
vivir llamàndote.