SU VOLADA DE CEREBELO

La gran espiral in crecento tiene un ritmo propio que comparte con cada uno de nosotros. Avanza y se expande como maestra de la vida en constante transformación. Nada realmente muere simplemente termina etapas.
La naturaleza expansiva del todo, formula que, tiempo atrás, la energía se encontraba comprimida y que todo organismo hoy comparte un origen en común. Algunos lo llamarán "Dios" con clara consideración espiritual de la omnipresencia, lo que caricaturescamente se ha segregado del individuo con la religión. Como si la presencia de "Dios" y sentir su gracia fuese un premio y un privilegio de los elegidos.
El "Dios" del Big Bang comprende el todo como evolución de uno sólo en el universo. Ciencia y religión son dos hermanas orgullosas que sólo velan por quien es la más atractiva de la fiesta.

El ser humano, como ocurre con toda especie en el planeta, comparte esa naturaleza involuntaria y expansiva. Ya sea por medio de las interrelaciones físicas como sensoriales, el habla. De condición limitada, puesto que muchas veces se cae en la confusión. Donde ese estado esencial se ve opacado por el uso desmedido de la razón, del sobre análisis. Sin embargo, el razonamiento es otra herramienta expansiva que encontró la bestia en un espacio de su cadena evolutiva.
La transmisión de energía y la retroalimentación genera un estado armónico. Lo ideal sería encontrar un buen uso para nuestro pequeño universo de condensación limitada. Mente y cuerpo.

¿De qué forma podemos fortalecer nuestra armonía y permitirnos evolucionar sin perjudicar a otros? Sin arrastrar rencores y viviendo con los pies a ras del suelo, feliz dando saltos de vez en cuando. Sonriendo. Dejar de preocuparse por los errores pasados, porque los pecados no son tales cuando sacamos una lección de estos, tampoco preocuparse por aquellos hechos que aún no ocurren, gastando energía en controlarlo todo y defraudarse al no conseguir expectativas autoimpuestas.
Estamos en lo correcto hoy. No deberíamos dejar que otros quieran pensar por uno. Misión personal es buscar las direcciones que más le acomoden y recorrer ese camino. Apreciar cada contacto entre nosotros y con otras especies como único, porque si existe algo que nos permite el raciocinio eso es la capacidad de ver en otros su valor como individuo, sin delegar funciones.