"...No luches contra monstruos,
pues te convertirás en uno.
Y cuando miras al abismo,
el abismo también mira en ti..."
Friedrich Nietzsche
"Más allá del bien y el mal"
...Hermosa noche para el suicidio...
...Qué frase tan reveladora...
¿Alguna vez te asomaste al balcón y miraste el lejano suelo, allá abajo?
Yo lo hago a menudo, para descubrir el insinuante y lascivo hecho de que lo que sea que tiene el abismo me llama...
Miro de reojo, y fijamente, "creo" intuir el sentimiento de autodestrucción dentro de mí, soy feliz de poseerlo, valoro más la vida, de ese modo.
_Qué hermosa noche para el suicidio _, digo, y descubro en mi interlocutor, sea quien sea, la misma extraña mirada.
Me miran como si estuviera loco... Contestan las más perfectas, razonadas, elaboradas, equilibradas (y cuerdas) frases...
Descubro así quién es el que me habla. Pero no son mis interlocutores sino pálidas imágenes de seres de luz, que por alguna razón duermen...
Solamente una clase de ser humano puede contestar lo que quiero oír. Mirándome con hermosos ojos, brillantes y curiosos. Solamente una frase es la contestación perfecta, la que permite que la comunicación sea real, y no aparente...
Solamente dos enormes y curiosos ojos contestan y preguntan y me hacen feliz... Permitiéndome en esta preciosa y estrellada noche suicida, sentir que no estoy sólo en el universo...
Y esos ojos y esa curiosidad ante la tan reveladora frase "Hermosa noche para el suicidio" me contestan inocentes, y al mismo tiempo me preguntan: _¿Por qué? _ con esa curiosidad, ¡y esos ojos!, los enormes ojos de un niño.
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