La luna ausente henchida en llantos por la nula alborada en que el sol la besa tras la densa nube cubriéndole la cara. No mengua la noche que esta se alarga mas allá de los campos que la vista alcanza con el verso silente que el viento se calla. Silencio en el valle, cordillera que brama rompiendo los cielos que el llanto descarga cuando muere la tarde en que la vida descansa. Corazón sangrante bañado en ríos de color púrpura, su piel blanquecina augurando la muerte del alba que declina. Alba… A Angela Rodríguez Joan © Bosch 08/05/12
Texto agregado el 09-05-2012, y leído por 86 visitantes. (1 voto)