Pronto nacería un nuevo amanecer...
el elfo contempló por última vez
el rostro de su amada princesa
y dejó en sus fríos labios un cálido beso.

Emprendió su retorno hacia lo desconocido
mientras los vientos soplaban con gran intensidad
se internó en medio de un bosque descolorido
evitando ser alcanzado por su soledad.

Aquella estrella fugaz de singular estela
fue guía del alma de la bella princesa,
llevándola hacia los cielos más distantes
donde contempló sobre un hermoso jardín
diversas figuras de almas errantes.

Pronto se detuvo sobre un suave terciopelo
admirando la belleza del lugar,
una intensa luz acarició su cabello
y una dulce voz alcanzó a escuchar.

-" Jovencita de bellos ojos claros...
¿Qué has de hacer aquí? ¡Aún no te he llamado!
¡Debes volver a aquel sendero
y seguir las lágrimas, que aquel triste elfo,
por tí ha derramado!"

- "¡No sé que hago aquí! ¡Ni a qué he venido!
¿Quién eres tú? ¿Algún ser divino?
Si no me has llamado deberé volver
y encontrarme en sus brazos al amanecer."

- "Pues, tan solo te diré que soy aquel
que en boca de todos ha de estar,
pero que muy pocos han de creer...
¡Anda! ¡Aún tienes mucho por hacer!"

Pronto la intensa luz se disipó
y se escuchó, a lo lejos, una bella melodía
escapando de las cuerdas de un violín,
la presencia de un ser alado la hizo sonreír
y juntos emprendieron el regreso al lugar
en donde su corazón había dejado de latir.

Y fue así como ella despertó
con los rayos del sol besando su piel,
con la esperanza intacta de encontrar a su amor
en un nuevo y fresco amanecer.

Enyelord