"Atrapada quedó mi alma entre lo irreal y lo real,
entre tu amor y tu despedida;
ese espacio muy difícil de habitar... ese vacío imposible de abarcar.


Tu adiós fue el principio de mi perdición,
el comienzo de una nueva etapa en mi vida:
la era del dolor.


Mi cuerpo se arrastra en el suelo
ignorando el pedido de ayuda de su propia alma,
la sangre escapa de él atemorizada
y se esparce a su alrededor.


Mi pálido corazón emite sus últimos suspiros
puedo sentir su sufrimiento, escuchar su llanto...
ya no tiene quien lo alimente:
tu amor y mi sangre, lo abandonaron.


De pronto el frío me invade, aún puedo sentirlo
y escucho, a lo lejos, el último latido
mi alma al fin pudo librarse de ese temible lugar
pero, al igual que tu amor y mi sangre
no quiso a mi cuerpo regresar."