Nunca te dije... Decir adiós es como un veneno, fétido y cruel dolor de invierno. Recorre mi piel, se anida en mis senos, me grita ¡infiel! murmura tus miedos. Con tanto me quedo, con tan poco te vas. Alardear juventud, un sabor amargo me implora quietud y en un suspiro mi letargo.
Texto agregado el 02-05-2012, y leído por 178 visitantes. (3 votos)