MIS ZAPATOS. Ensayo.

Mis zapatos me llevan donde vayan. Cuidan de mis pies,saben acariciarlos si están cansados. Cuando me tiendo sobre el pasto, dirigen sus puntas hacia el cielo y docilmente se acomodan sobre sus taloneras para que repose de mi andar.
Me cuidan de tanto del sol y de la lluvia. Me atraviesan charcos y pequeños manantiales. Les gusta transportarme por senderos de luz. Salvan despacio las piedras de mi camino por la vida, se deslizan rápido para que goce las caricias de una brisa o con firmeza para no derribarme sobre el hielo o si hay escarcha.

Me gusta preservar la compartida amistad que tengo con mis gastados y deslucidos zapatos viejos, complices y confidentes de tantos momentos que he vivido.
Los acaricio con una gamuza cada día y les permito llevarme según su itinerario. De noche los envuelvo en el chal de mis recuerdos, no quiero me los lleve el gnomo del olvido.

Por eso aquí les dejo y les explico: “nunca me separen de mis queridos zapatos viejos”.