El hallazgo
Caminando sobre la arena de aquella playa, el grupo de enormes insectos inteligentes discurría sobre temas científicos, los últimos hallazgos arqueológicos y teorías. Entre ellos un periodista, que viajó desde la ciudad con la misión de entrevistar a una eminencia de la arqueología y la geología: el viejo profesor Xiven. Este propuso la caminata, aprovechando el fresco de la tarde de verano, que bien le haría a su tráquea y su viejo exoesqueleto. También los acompañaba un grupo de sus jóvenes ayudantes, con sus antenas siempre listas, para aprender del insecto al cual respetaban y se sentían orgullosos de ser parte de su equipo de arqueólogos.
Periodista: Profesor Xiven, usted no comparte la teoría de Diulus y Mixes de que nuestra evolución es la primera que a llevado a una especie al pináculo de la inteligencia.
Profesor Xiven: Oh, mis estimados Diulus y Mixes. En realidad no rechazo la teoría totalmente, tengo mis reservas. Porque ellos proponen un pasado evolutivo simple y uniforme: un planeta que se formó con los desechos rocosos que giraban en torno a nuestra joven estrella, luego de su enfriamiento a través de millones de años comienzan las primeras manifestaciones de vida en las cuevas subterráneas, los primeros protoinsectos, nuestros antepasados, hasta llegar a nosotros con nuestro dominio del medioambiente y las especies inferiores. Hasta ahí de acuerdo.
Periodista: Pero…
Profesor Xiven: Pero mi hipótesis es que probablemente ese sea solo ‘nuestro’ pasado, ‘nuestro’ capitulo de la vida y evolución. Esto me lleva a mi a una pregunta ¿y si hubo otros ‘capitulos’ anteriores al nuestro, con su comienzos, desarrollos y finales? Tal vez en aquellas evoluciones fueron las aves, tal vez los mamíferos o cualquier especie inferior que se le ocurra a usted y, porque no, tal vez fuimos otra vez nosotros los insectos. Estoy siguiendo con mucha atención las nuevas teorías que hablan de grandes extinciones y que estas podrían darse en forma cíclica. Claro, usted me dirá que prácticamente no hay nada que avale dichas teorías y yo le aseguro que están surgiendo, con nuestros nuevos sistemas de datación de rocas que nos llevan a la conclusión de que nuestro planeta es por lo menos mil millones de años más viejo de lo que creíamos. Es un enorme periodo de tiempo, anterior a la fecha en el que damos por sentado el comienzo de la vida, o podríamos llamarla ‘nuestra’ vida. Reconozco que es solo hipotética la idea de que porque hubo un largo periodo vacío anterior al comienzo de la vida, en este, necesariamente tuvo que ocurrir algo, pero por algo se llaman hipótesis. Pero dichas hipótesis acaban de recibir, no digo un apoyo, pero si inquietantes sugerencias, especialmente a partir del último hallazgo arqueológico.
Periodista: ¿Se refiere al extraño objeto de vidrio?
Profesor Xiven: Exacto. Pero, seguramente lo más inquietante de este objeto sea su antigüedad, según las pruebas, efectuadas una y otra vez, el vidrio se ha fosilizado e incrustado en roca de seis millones de años de antigüedad.
Periodista: Fantástico y eso lo sitúa…
Profesor Xiven: Cuatro millones de años antes de nuestro comienzo evolutivo. Y déjeme darle otras primicias, con el escáner láser y molecular de un sistema que sería engorroso y demasiado técnico de explicar, creemos haber conseguido visualizar la forma original del objeto, aparentemente un recipiente cilíndrico de aproximadamente veinte centímetros de alto por diez de ancho, con una base plana y angostándose hacia arriba, en cuyo extremo debió ir un orificio, de ahí que suponemos que es un recipiente para líquidos.
Periodista: Supongo que presentar a la comunidad científica un dudoso objeto y rodearlo de tantos ‘aparentemente’ y ‘suponemos’ no sería un buen comienzo, profesor.
Profesor Xiven: Lo sé. Por eso aún falta trabajo de investigación. Y hay mas, hemos detectados sobre su superficie una especie de grabados en relieve. Dudo de que sean de origen natural.
Periodista: ¿Qué formas tienen esos relieves? Si se comprueba su autenticidad sería un antes y después, ¿no cree, profesor?
Profesor Xiven: Ya lo creo que sí. Los recuerdo perfectamente, ¿Cómo olvidarlos? Mire, se los dibujaré en la arena y prepare su cámara.
Y el viejo profesor se inclinó y alargó su pata delantera y comenzó a garabatear sobre la arena. Expectantes, periodista y ayudantes clavaron sus ojos facetados y apuntaron sus antenas, nadie respiraba, para cuando el viejo profesor hubo terminado se produjo un silencio, todos miraban con respetuosa expectación la arena, donde quedó dibujada la sigla: Coca-Cola.
ggg
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