Mi mente enrostrada en fieras alegorías
De silencio de muerte sobre el alma mía
Mi cuerpo enclavado en los vados oscuros
De mis poesías hechas de temor y silencio
Nacen de mi raciocinio cual muesca en madera
Nacen del canto en silencio y notas graves sin voz
Y cual mente con locura en ristre se hace dueña del sonido
Palabras, escritos, tonadas pero acompañadas del silencio.
Silencio, que se adueña de mi boca, pero no en mis escritos.
Mis manos cual en película lenta hacen renacer mis poesías
Pero en el blanco papel solo son letras en un mudo silencio.
Ya el otoño corroe los árboles quitando sus hojas, ajadas y tristes
Mientras la tarde silenciosa se enrostra en una muerte lenta
Segando al sol con su rostro oscuro perdiéndose en el horizonte
Mientras de mi boca los sonidos cual cascabeles de huesos
Se sumergen en ella y adiós le dije a mis poemas, que yacen dormidos.

Ya el alba se avecina vestida de blanca niebla, que envuelve los campos
Y cual caballo albino que galopa en la pradera por ella se cierne
Adiós le dije a la noche, oscura y con sabor a muerte y dueña del silencio
Ya las palabras se hacen huecas sumergidas en el olvido de las filas enemigas
Y me compenetro en mis poemas que son solo el silencio de mi muerte.

Ray