un hombre de mas de dos metros de altura, de cabellos largos y rubios, y de una fuerza sobrenatural pasó delante de mí con un báculo bajo el brazo... me miró a los ojos y sentí tanta bondad que por un momento sentí algo así como paz... el hombre miró a su entorno y sus ojos se crisparon, alzó las manos y con el báculo en las manos empezó a romper cuanto se le tornaba, en total silencio... la gente a su entorno, le miraba y se preguntaba quién era ese loco en mitad de la pista, rompiendo las lunas de los autos, las ventanas de las casas, pateando los puestos de negocios, etc... iba a seguir mi camino cuando escuché las sirenas de la policia... me estacioné cerca y bajé a ver al gigante de cabellos dorados... una ruma de gente estaba a su entorno, en silencio, en total silencio, como si estuvieran delante de un muerto... me abrí paso junto a los demás policías y cuando estuve a su lado, volví a verle los ojos, sintiendo la misma paz... ¿quién eres?, pregunté... dios, respondió... aquel hombre que se llamaba dios estaba sentado en el suelo, lleno de sudor y con las manos ensangrentadas... ¿porqué has hecho esto?, le pregunté mientras la policía le levantaba para llevarlo a las rejas... odio la mediocridad, respondió, para luego esbozar una sonrisa, caminar unos pasos junto a los policías y con una fuerza de igual tamaño que mi imaginación correr y correr hasta desaparecer en medio de tanta mediocridad del gentío... volví a mi auto y mientras encendía el auto, volví a sentir aquella paz que irradiaba de sus ojos... sonreí y supe que aquel hombre era dios... |