Hace poco, nuestra hermana Cuentera, “granada”, escribió un cuento corto y de muy buen humor sobre Eva y la manzana.

La Biblia no habla de manzana alguna al respecto. Habla de un fruto. ¿De dónde apareció la mentada manzana?

La confusión vino cuando la Biblia se tradujo al latín, cuando este idioma empezó a imperar con los romanos. (El idioma original era el hebreo antiguo, para el Antiguo Testamento, y griego, para el Nuevo Testamento)

En latín, manzana se dice “malus”; y mal, se dice “malum”.
Y como Adán y Eva comieron del fruto del mal (malum), la gente confundió y pensó que habían comido una manzana (malus).
La traducción en castellano sería: “comieron del ‘fruto’ prohibido”, del mal.

Claro que no fue por comer una manzana que fueron castigados, según el relato.
¿Cuál fue el fruto prohibido?
Eso da para otro tema que, espero aclarar.

Por de pronto, Adán y Eva no existieron. Adán y Eva somos nosotros. Los 11 primeros capítulos del Génesis son todos simbólicos. Unos relatos que parecen tan infantiles, contienen profundos mensajes. Era la manera pre-moderna de enseñar, y bastante efectiva. Como todos los grandes mitos de la antigüedad.