Y la lluvia sigue cayendo de manera torrencial, el cielo abre las compuertas de su desdicha y trata de llorar su dolor. Las sombras ocultan su cara, guardando el secreto en la nublosa lagrima que causo su llanto.
Relampaguea como las campanas de la vieja iglesia, que avisan por su atención...
Hace un día frió y solo los castillos en exilio triunfan sobre la sabiduría del hombre errante. Su vulnerable corazón solo quiere correr entre la lluvia, pero su violento grito no se lo permitirá. El golpe hiriente del roció esculpirá en roca su feroz camino.
Hay que gritar más fuerte y secar las lágrimas con un poderoso clamor de guerra, aunque las piernas tiemblen ante su forma centelleante, electrizante y profética. La marcha persistente agotara sus pies, arderán como el implacable fuego que quema su alma, la tormenta inundara su corazón de trituradores quejidos y flagelos. La niebla espesa oscurece aun más la noche de las luces rojas.
Los latidos se hacen tan fuertes que su glamuroso rostro enrojece de furia y evapora su propio llanto.
Hay que gritar tan fuerte como un volcán en erupción. Su inhumana bestia conoce la respuesta, su fiereza es conocida desde antes de nacer su antepasado. Aquel terrible hombre don Juan que como león civilizo su manada.
La calma tardara en llegar en el desierto donde se coronara rey, en aquel lugar donde seguirá lloviendo y florecerá un orgulloso reinado de poder y satisfacción.
El relato continuara como una comedia de anécdotas y de intentos por secarse bajo la lluvia, pero el errante hombre no lo vivirá. Pasaran glorias y fortunas que solo abrillantaran su rostro, pero no calmaran su ahogo de dolor.
¿Su mundo tendrá un final?
Yo me lo pregunto, porque quizá en la luna no llueva, ni tampoco en el sol, pero. ¿Quiénes somos para decidir en la despiadada baraja del destino? Solo en los sueños más locos e increíblemente nocturnos llegaremos a vivir sin temor de mojarnos, y eso solo pasa cuando se duerme.
¿Y quién dormirá?,
En este mundo profetizado para caer, el que se duerme se moja.
¿Se vale también soñar?
Por lo pronto el errante hombre buscara donde escampar, porque lo cierto es, que existe un lugar para dormir y ese lugar es junto a ti.
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