- Compa, vamos a la Piscina, me dijo Serghei, es al aire libre.

Mi socio en esta aventura Alemana estaba completamente loco, o así lo creí yo, corría Octubre de 1987, hacía un mes que habíamos llegado a Frankfurt, la temperatura esa noche (eran como las 9:30) era de alrededor de 3°C. Desde nuestra llegada no habíamos parado de trabajar, incluso teníamos nuestro primer contrato. Era tiempo de un poco de diversión, pero, una piscina descubierta con esa temperatura y a esa hora.

- ¿Crees que va a estar funcionando? , le dije

- Por supuesto, la Taunus Therme no para nunca, me contesto.

La “Taunus Therme” son unos baños termales, construidos en 1980, en Bad Homburg v. d. Höhe, un renombrado lugar, por la calidad de sus aguas, por su Casino y por ser la zona, junto con Kromberg, donde vive la clase más acomodada de Hessen.

La idea de ir a una piscina con esas temperaturas no me convencía, busque escusas;

- No he traído mi ropa de baño, dije, y no creo que haya donde comprar una a esta hora.

- En la Therme hay boutiques de todo tipo y precio, me aseguró.

Con mi excusa fallida y de mala gana accedí a ir a la Taunus Therme.

Quince minutos por la Autobahn A5, luego en el Bad Homburger Kreuz salir a la A661, en dirección a Bad Homburg, salida 3 y a unos pocos minutos un pedazo de Oriente en medio de Europa; el aspecto Japonés de la Taunus Therme está muy bien logrado.

Compramos nuestras entradas, doce Marcos las primeras dos horas, no estaba mal. Primera parada, tienda de ropa, las ropas de baño en Alemania eran lo que en el Perú llamábamos calzoncillos con nariz; de Lycra, muy cortas y pegadas, no era lo que yo hubiera usado normalmente, pero ya estaba allí, así que una de color negro fue mi elección.

Las instalaciones eran típicas para Europa occidental (en el 87 aún se podía usar ese término), todo pulcro, inmaculado casi, camerinos amplios, armarios individuales, llave con brazalete y tres pozas de desinfección antes de llegar a las verdaderas instalaciones.

- A la mierda, esto si es impresionante, fue mi primer comentario.

Un inmenso salón con estilo de Pagoda, tres piscinas, dos de ellas olímpicas, la otra con una compuerta hacia el exterior. Dos whirpools para 15 o 20 personas, pero sobre todo Carne!

Si, carne viva, de todos los tamaños y colores imaginables; desde la Teutona típica, de 1.80m y 90 kilos de peso, hasta hermosas orientales de 1.50m y tal ves 45 kg. Toda la carne del mundo estaba allí. La idea de Serghei no había sido tan mala después de todo. Como ya lo mencioné estábamos un mes en Alemania y mi espíritu caníbal no había sido saciado en todo ese tiempo; pensé que mi política de “abrir el apetito en la calle e ir a comer a casa” podría ser superada puesto que mi casa (y mi mujer) estaban a cerca de 11,000 Km. de distancia.

Mi socio pensaba solo en el deporte, nadar 10 largos en la Olímpica, luego unos minutos en el whirpool, de ahí a la sauna.

Primero la gringuita de bikini rosa, luego la chinita con la Tanga de leopardo, de ahí la pelirroja exuberante de malla negra, eran mis pensamientos.

Me metí a la piscina siguiendo a un monumento de 1.75 y medidas que prefiero no recordar (mi esposa esta dormida ya), llevaba una malla blanca que al contacto con el agua se volvió transparente, mi entusiasmo creció, al igual que uno de mis miembros. Como meterle letra si mis conocimientos de Alemán, en esa entonces, se limitaban a; guten Tag, guten Morgen, Danke y ein Aschenbecher bitte (soy fumador empedernido). Recurrí al idioma de Shakespeare y a una vieja estratagema;

- Hey, Dolly, is it you?

Ninguna reacción, parecía no ser la forma apropiada de acercarse a una mujer en Alemania, insistí;

- Hello, sorry, may I ask you a question?

Nada, seguro no hablaba Inglés, me di un buen chapuzón para enfriar el asunto, cuando emergí vi al monumento hablando en perfecto Inglés británico con un muchachito de 20 o 25 años; simplemente yo no era su tipo. Tiempo después descubrí que en Alemania quien inicia un flirt no es el hombre, si no la mujer y que si te ponen el ojo, no te sueltan fácilmente.

- Compa, vamos a la sauna, dijo Serghei.

- ¿Es mixta? , pregunte casi en son de broma.

- Por supuesto es FKK (Freikörperkultur o Nudismo en español), fue la respuesta.

¡Todos en pelotas en una Sauna! La idea no me gusto mucho, como latino tengo cierto pudor de andar con la herramienta colgando al aire.

Serghei me señaló una escalera, era la que llevaba hacia el Sauna, el ver a la chinita de la tanga de leopardo subiendo por ella basto para convencerme.

- Vamos pues, que esperas le dije.

El área del Sauna también era impresionante, una mezcla entre oriental y Romano o algo así, mas nuevamente la carne fue lo que más llamo mi atención; blanca, rosada, amarilla y negra, para todos los gustos. Controlar mi libido fue un problema, pero al final lo logré, mi amigo de la infancia (nos dábamos la mano muy seguido cuando niños), estaba relajado, dormido, podría decir.

Cogí una toalla, al estilo de toga romana, la colgué de mi hombro y cubrí un poco a mi colgante amigo. Comenzó el paseo, como ya dije habían mujeres de todo tipo, abuelas que parecían el logotipo de Michelin, hasta esculturales morenas que le darían envidia a cualquier pantera.

- Vamos al Sauna de 80°, me dijo Serghei.

Al fondo, sobre la mano izquierda estaba la cabina, entramos, estaba vacía.

- Quince minutos y salimos, comento mi experimentado socio.

La forma correcta de tomar un baño sauna es iniciarlo con unos 15 o 20 minutos, hasta que se empieza a sudar, una ducha fría, un descanso, 10 minutos más al sauna, otra ducha, descanso, 5 minutos al sauna, una ducha, jugo de frutas y a descansar.

Ingresaron a la cabina tres amigas, que amigas, mujerones de buena estatura y curvas como las de Nürburgring (soy aficionado a los autos y el circuito de Nürburgring tiene, para mi, las mejores curvas). Mi amigo, el dormido, empezó a desperezarse, lo tuve que tranquilizar. Pasaron delante nuestro y fueron a sentarse, no quise ser muy obvio, así que cuando salieron de mi campo visual las perdí de vista.

Como a los diez minutos, sentí una gotera sobre mi hombro derecho, me di vuelta para ver de donde provenía el agua, no era agua, era sudor y provenía de un voluptuoso seno, redondo, con un pezón de apenas dos centímetros, mi amigo de toda la vida se despertó inmediatamente, por lo que tuve que acortar la duración de mi sauna y meterme bajo la ducha helada.

No sentí ningún frió, pero mi amiguito volvió a su estado letárgico. Recoloqué mi toga y esperé la salida de mi socio. Atrás de él salieron las tres amigas, en verdad que estaban buenas. Tranquilo muchacho, tranquilo, le repetí a mi amiguito.

El descanso consistió en un paseo por las instalaciones del sauna, aún sin contar la carne, eran impresionantes.

Hora de la segunda sauna, entramos a la de 90°.

- Ahora nos tocan 10 minutos, me dijo Serghei.

Con esa temperatura, a los cinco minutos ya no podía respirar, intenté aguantar un poco más, pero preferí no hacer mucho esfuerzo;

- Dottore, mejor voy saliendo, creo que es muy caliente para mí; le dije a mi socio; mientras me retiraba.

Una vez fuera y con la toalla recolocada, decidí ver si encontraba a la niña oriental que había influenciado tanto en mi decisión de hacer nudismo. Fue difícil ubicarla, mi referencia era el cabello negro, lacio, la estatura y principalmente la tanga de leopardo; como se imaginarán no pude identificarla plenamente pues la tanga debía yacer en el fondo de algún armario, pero vi varias orientales, tal como vinieron al mundo y, no, no tienen la vaina en forma horizontal, como mi padre me había contado (y muchos piensan).

Estaban por vencerse las dos horas en la Taunus Therme, el mayor tiempo lo había pasado en la sauna y ya estaba acostumbrado a senos; grandes, medianos, chicos, parados, colgantes, redondos, planos y demás; también a culos; grandes paraditos, chatos, celulíticos y de muchas otras características; todo estaba allí como en un supermercado. Yo y mi amiguito ya no nos alterábamos por nada.

Busqué a mi socio, no lo pude hallar, debía de haber salido ya; fui a los armarios para sacar mi calzoncillo con nariz, iba entrando a los vestidores, cuando una muchacha de talvez 19 o 20 años, 1.65 o 1.70, con cabellos pardos ensortijados, piel color capulí y un par de senos como no he visto en mi vida, comenzaba a quitarse un bikini rojo carmesí. Resultó que ni yo ni mi amiguito estábamos preparados para todo, el Striptease fue suficiente para que él se despierte súbitamente y yo enrojezca a la misma velocidad.

Rápidamente jalé mi toalla con la intención de tapar mi herramienta, más esta se me escapo de las manos y quedo colgada, cual toalla en el perchero, de mi amiguito. La muchacha sonrió, mejor dicho se rió, para ser exactos se carcajeo con este hecho.

- Lo siento, le dije en español.

- Não preocupese, fue su respuesta, as mulheres gosta a ser desejadas

No hablo portugués, pero entendí la indirecta; mi socio volvió solo al hotel; mi amiguito y yo rompimos la política establecida y comimos, carne Portuguesa, fuera de casa.