Tijuana BC. Abril2012. Desde el corazón
Siempre me pasa lo mismo cuando me pongo delante de una cuartilla en blanco, se me queda la mente tan blanca como el papel, sólo que ya tenía ganas de hacerte llegar este correo.
Lo cómodo sería decir aquello de: me alegraría que al recibirlo, te encontraras bien.
Yo bien, gracias a Dios…, aunque quiero que esté sea un correo diferente, más íntimo, sólo de mí para ti…Perdona que utilice este medio para comunicarme contigo con lo fácil que sería tomar el teléfono que tan aliado nuestro fue durante un largo tiempo, o corto según se mire...
La cuestión es que hoy me levanté pensando en ti, nada excepcional si tenemos en cuenta que esta circunstancia se repite día tras día; aunque en esta mañana nublada y ventosa parece que me siento en condiciones eficientes para escribirte y expresarte lo mejor que pueda cómo me encuentro después de nuestro alejamiento.
Sé que te cuesta ponerte en mi lugar y entender tantos interrogantes que han quedado suspendidos en el infinito y es lógico en cierto modo porque no he tenido la fuerza o el valor necesarios para mantener una conversación verbal contigo después de nuestro último encuentro, por ello pretendo plasmar en esta carta mi estado anímico actual que no es precisamente alegre debido a las circunstancias que me rodean.
Sabes perfectamente cómo es mi vida, conoces cada paso que doy porque has sido partícipe de ella intensamente durante todo ese tiempo precioso que has compartido conmigo aunque sea con distancia de por medio.
Conoces como nadie mi inestabilidad, mi fragilidad, mis bajones anímicos, mis temores, mis cambios de humor motivados en parte a cambios hormonales y mis ciclotimias, que a mí parecer no son más que una oscilación entre diferentes estados de ánimo donde la tarea es encontrar, en la propia oscilación, los tonos de una vida propia.
Conoces mi vida prácticamente, porque en nuestras conversaciones eternas hablamos alguna vez de todo esto.
Desde el principio tuvimos una conexión mágica y maravillosa que me daba alas para explicarte con detalle cada episodio vivido por mí.
En ti encontré a ese ser sensible, inteligente, espiritual y único que toda persona anhela tener cerca porque me reconfortabas con tus palabras, con tu capacidad de escucha y con el modo de compartir tus vivencias conmigo.
Día a día te fuiste haciendo imprescindible para mí, necesitaba de tus mensajes cargados de cariño...
Tu voz...siempre fue poderosa para mí, desde el primer día que la escuché me produjo escalofríos y estremecimiento, voz bien modulada,... ¿recuerdas?
Por esto y después de nuestro alejamiento no he querido volver a escucharla porque me produce una mezcla de sentimientos difíciles de definirte, aunque sin duda todos ellos muy ligados a las capas más internas del alma que en estos momentos se encuentra en estado de letargo..
Y permíteme que te diga que el cariño que siento por ti es tan profundo y sincero que no hay nada en este mundo que lo pueda debilitar, ni aunque me sumergiera en la peor de las crisis existenciales dejaría de quererte con locura.
Sólo que es precisamente este amor que siento el que me ordena casi dictatoríamente que me aparte de ti, que no te haga partícipe de mis problemas, de mis angustias vitales ni de mis penas.
Yo quiero verte feliz, necesito saber que estás bien, que no sufres por mi culpa pues sólo de pensar que te transmito mis pesares y malestares, éstos se incrementan y nos metemos en un círculo vicioso del que me sería aún más difícil escapar.
Quizás no estoy siendo muy clara y concisa con esta carta y sigas preguntándote el porqué de mi distanciamiento aunque confío plenamente en tu intuición e inteligencia superlativas capaces de hallar cualquier incógnita.
Sólo te pido una cosa:
No dejes de comunicarte conmigo, no nos perdamos...puede que tú lo veas como una petición muy egoísta por mi parte y conozco perfectamente tu parecer en cuanto a mantener una amistad después del amor.
Sólo que, quiero hacerte meditar al respecto y te propondría que pienses que no se trata de pasar a ser amigos así sin más, sino de verlo como una transformación circunstancial del amor, al fin y al cabo los sentimientos son energía pura y ya sabes que existe una ley inexorable de la física que reza que "la energía ni se crea ni se destruye, solamente se transforma".
Para terminar déjame darte las gracias una y mil veces por tantas cosas buenas que has compartido conmigo, tengo grabados a fuego cientos de momentos únicos que me ayudan a trazar sonrisas sólo con recordarlos.
Nuestros paseos urbanos, nuestras comidas y los momentos lindos e inolvidables que hemos compartido y que me dicen que no quiero que enterremos perpetuamente, todos ellos se van a quedar en mí forever y espero que también tengan un rinconcito en tu nostálgico corazón.
Te voy a escribir una canción de Ricardo Arjona que define y resume a la perfección lo que te he querido decir en este correo:
Acompáñame a estar sola, a purgarme los fantasmas, a meternos en la cama sin tocarnos.
Acompáñame al misterio, de no hacernos compañía, a dormir sin pretender que pase nada.
Acompáñame a estar sola…Acompáñame al silencio, de charlar sin las palabra.
A saber que estás ahí y yo a tu lado, acompáñame a lo absurdo de abrazarnos sin contacto,
Tú en tu sitio yo en el mío, como un ángel de la guarda.
Acompáñame a estar sola…Acompáñame
A decir sin las palabras, lo bendito que es tenerte y serte infiel sólo con esta soledad
Acompáñame a quererte sin decirlo, a tocarte sin rozar ni el reflejo de tu piel a contraluz,
A pensar en mí para vivir por ti, acompáñame a estar sola…
Acompáñame a estar sola para calibrar mis miedos, para envenenar de a poco mis recuerdos, para quererme un poquito, y así quererte como quiero,
Para desintoxicarme del pasado, acompáñame a estar sola…Y si se apagan las luces,
Y si se enciende el infierno, y si me siento perdida.
Sé que tú estarás conmigo, con un beso de rescate.
Acompáñame a estar sola…
Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, donde no te entretengo más, un beso… o mejor, muchos, muchos besos y un fuerte abrazo…desde el corazón.
Andrea Guadalupe.
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