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EL PASADOR


Quite los candados y descorrí los seguros de las dos grandes puertas de metal en forma de rollo . Ya eran las ocho de la mañana era tiempo de subirlas, me apreté un poco mas el cinto y haciendo un esfuerzo levante la primera . Una catarata de luz solar entro de pronto e ilumino el interior ; los cristales de los mostradores se mostraron ,con la luz , mucho mas sucios y el piso exhibió las partículas de polvo que, con la luz de las lamparas, ocultaba..
Hoy tengo que limpiar , pensé.
La segunda puerta corría mejor por las engrasadas correderas pero no obstante el chirrido hacia que se me entumieran los dientes, como me sucedía cuando, en la escuela, el maestro escribía en la pizarra apretando demasiado el trozo de yeso.

— ¿ Puedo pasar...? — Me pregunto con lastimera voz , “La Gitana”, como le decía yo por su exótica indumentaria, falda larga y amplia , sujeta a la cintura por un pañuelo de colores, la blusa blanca ,casi transparente, con extraños bordados de flores desconocidas .Con su pelo largo y encrespado donde el color negro desaparecía lentamente para dar paso a cientos de
cabellos blancos. Cuerpo delgado y cara bien formada , quisas bella si no fuera por aquella extraña y grande nariz aguileña y por sus ya muchos y vividos años .
— Si, pero el señor Carlos no esta . La que esta es su señora — Le dije porque sabia que venia buscando a Carlos ; el era el único que sabia evaluar las prendas y el único que podía comprarlas y ella ,desde ayer, estaba tratando de venderle el pasador que traía asido a su blusa.
— Si , venga mas tarde . Mi esposo llega después de almuerzo .— Le dijo la señora de Carlos que oyó la conversación y sabia que la “Gitana” cuando venia a vender alguna joya era buena y de oro .

Yo admiraba al señor Carlos por lo mucho que conocía de joyas y de piedras preciosas, ademas a El le gustaba la cacería y poseía una gran colección de escopetas de caza y yo soñaba con que, algún día, podría ir a cazar “jutias” y venados con mis propias escopetas y mis perros como los que tenia el señor Carlos y que yo con gusto les bañaba una vez a la semana.. ¡Todo podía ser... El señor Carlos había empezado trabajando de mensajero y mozo de limpiesa,como yo, en la misma “Casa Grande” y por el cariño y buen corazón de su dueño , se la lego cuando,ya demasiado viejo ,se retiro y , según lo que he oído, el viejo no le cobro nada por la propiedad dejandosela de herencia con un tesoro de antigüedades y empeños que, por el tiempo transcurrido, ya los dueños no tenían derecho a reclamar. Dicen que mucho del dinero que tiene el señor Carlos procede de el producto de las ventas de esos empeños y que si no hubiera sido por el viejo, que le dejo el negocio, el señor Carlos hoy por hoy fuera un don nadie .

Había terminado de limpiar los mostradores y el piso cuando entro la “gitana”

— ¡ Buena” tarde” tenga juste” — Saludo al señor Carlos ,mientras se desprendía el pasador y lo colocaba en el mostrador .— vengo a vende” esto.


El señor Carlos se coloco la lupa en uno de sus ojos y examino la joya con detenimiento . Con su brazo extendido observo la roja piedra, engastada en el pasador, a través de la luz y con movimientos cortos de su mano sopeso la prenda para dejarla rodar sobre el cristal del mostrador con despectivo gesto.

— El pasador es de oro y la piedra es buena...pero no vale nada — dijo en tono indiferente mientras, distraídamente, paseaba su mirada por el mostrador .

— Pero ; ¿ Cuanto me podría da” juste” ? — Pregunto preocupadamente la mujer

— Lo mas que puedo dar. ¡Uhh — El señor Carlos calculaba cuanto peso podía tener en oro sin el de la piedra — Bueno..uhh ; ¡ Setenta y cinco..

— ¡ Tan poco seño” Mire juste” que ese pasaor” lo trajo mi mario” , que en pa” descanse, desde mi tierra hace ya mucho” años y el siempre me dijo que era bueno y que había perteneció” a sus padre” ...

— Si , la piedra es buena pero mire — le dijo mientras le ofrecía la lupa— la piedra esta rajada..

— Y , ¿ No pue” juste” da” un poquitiño ma”? Si lo vendo es por emergencia ¿ Sabe juste” ?

El señor Carlos se quedo pensativo mirando la alhaja .
— Bueno ; si la deja y viene mañana yo con mas detenimiento examino el pasador y quisas pueda darle algo mas. Yo hoy no tengo tiempo y necesito realizar unas gestiones —Le dijo con seguridad y tono desinteresado .

Tan pronto salio la “vieja gitana” El señor Carlos corrió hacia la parte de atrás ,donde estaba el teléfono.

— Si, bueno.. Mira te habla Carlos de “La Casa Grande” ...si bien . Necesito que vengas, tengo algo que te puede interesar...

Ya había terminado de cerrar la primera gran puerta cuando el auto se detuvo frente al negocio; un señor alto y gordo vestido con un fino traje de lino blanco y sombrero de esos que le dicen “panameños” se bajo de el y se dirigió donde lo esperaba el señor Carlos .

— Vine lo mas pronto posible — decía el “gordo” mientras le extendía su mano, donde lucia, en su dedo anular, una gran sortija de oro y brillantes .

— Si, quiero que veas esto.— le dijo el señor Carlos a modo de saludo mientras le ofrecía el pasador y la lupa . El gordo señor estuvo observando la prenda un buen rato sin pronunciar palabras .
— ¡Es buena — dijo sorprendido. Después de un extenso escrutinio — Es un rubí legitimo... ¡ Un“Ojo de Aguila”

— Y ...¿ La rajadura..? — Pregunto el señor Carlos dubitativo.
— N o hay tal — dijo moviendo corta y lentamente la cabeza en señal afirmativa— Es la veta de la piedra ... Ese detalle hace que la gema tenga.aun, mas valor— afirmo. — Ponle precio; querido amigo Carlos, a esa valiosa gema — dijo sonriendo el “Gordo” .

La segunda puerta corría mejor por las engrasadas correderas , el chirrido todavía hacia que se me entumecieran los dientes....
Allí estaba la “Vieja Gitana” esperando a que terminara de asegurar la puerta . Adelantandome le dije amablemente y quisas con la misma esperanza de ella.

— Si...puede usted pasar......— con pasos acelerados fue donde el señor .


— Y...¿ Entonces señor Carlos ? — le pregunto ansiosa .

— Mire señora — le dijo en un tono que se me antojo prepotente y abusón — ayer consulte con varios expertos y todos coincidieron en que la joya no vale nada pues la piedra esta rajada . O acepta usted los setenta y cinco pesos o se la lleva a otra parte — Termino tajantemente.

— Que remedio— contesto la señora.— necesito urgente el dinero para mi enfermo nieto.

Creo que nunca podre cazar “jutias” o venados con mis propias escopetas y mis perros de orejas largas ycon sus grandes manchas negras sobre sus lomos blancos Ya el chirrido de la segunda puerta no entumece mis dientes, hace tiempo que no soy yo el que las abre.









Texto agregado el 20-04-2012, y leído por 151 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
20-04-2012 Bien escrito, pero no termina de gustarme. "Ambrosio", ¿no es con "s"? pablovasquez
 
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