Resaca, cruda, ratón, mona o guayabo. Todos estos nombres sirven para designar lo mismo: el infierno en la tierra.
Después de vivir un paraíso en donde éramos los mejores cantantes, los más sensuales bailarines, los mejores oradores, los más aptos para ligar, y en donde queríamos a nuestros amigos hasta la lágrima y el abrazo y nuestros amigos nos querían hasta hermanarnos todos; viene el purgatorio de una cama voladora, una esposa regañona o un esposo de cejas arqueadas. Pero nada se compara al infierno de la resaca: ojos rojos, sensación de vómito, mareo, taquicardias, dolores de cabeza, sed, calosfríos, si el clima es caluroso nos sentiremos ahogados pero si es frío nos sentiremos desamparados.
A todo lo anterior, hay que sumarle las dudas y los recuerdos bochornosos: ¿De verdad me quería ligar al mesero? ¿En serio bailé sobre la mesa? ¿Quién duerme a mi lado? ¿Realmente prometí que recibiría a todos en casa para ver el futbol? ¿Te cae que le menté la madre a Fulano? La cruda moral, suele ser en varios casos peor que los síntomas físicos, pues duran más, mucho más tiempo y con el malestar del cuerpo a cuestas uno no puede pensar que quizá no sea tan grave como parece.
La causa científica de la resaca –esta frase sonaría mucho más linda si la dijera en estado de ebriedad- radica en que no alcanzamos a digerir todo el alcohol que consumimos. Nos tardamos una hora en digerir una cerveza. Imaginen esperar una hora entre chela y chela. Por supuesto moriríamos de tedio.
Una buena manera de pasar la resaca es tener un Gatorade a la mano y hacer zapping todo el día en nuestra cama. Pero desgraciadamente, no todas las crudas caen en sábado o en domingo. Y maldita sea la resaca en un miércoles, por ejemplo. A media semana y tú con medio cuerpo y con un cuarto de cerebro. El ring del teléfono parece surround, los claxones de los coches repican por horas en tu oreja y además resulta que necesitan un trabajo urgente para ese mismo día en la tarde. Penitencia, penitencia en el infierno.
Aquí en México lo que se acostumbra en la resaca, es un caldito bien picoso llámese pancita, pozole, birria o similar. Lo caliente de la sopa alivia el estado, el irritante del picante no va bien con la resaca pero al menos te hace sentir vivo. “Sudas la peda” dicen.
Sin embargo yo tengo un remedio para cuando no hay caldos, ni tiempo y sí una jornada larga de trabajo.
Primero se prepara el estómago con una capa de antiácido tipo Melox o similar. Después se ingieren dos cafiaspirinas acompañadas de Red Bull. El sacudón puede ser medio fuerte, pero hasta ahora es lo que mejor me ha funcionado para los malestares físicos. Para lo demás tengo un Alzheimer que se aparece a voluntad. Hay quien dice que lo mejor es una cerveza bien fría... en fin, ahí abajo, en los comentarios, también se aceptan sugerencias para disminuir los estragos de la resaca, aunque como siempre lo mejor es no beber, pero esa respuesta podemos obviarla. Salud.
|