Día 1

Ya esta aquí, sigue inconciente. Lo han encerrado en la habitación que será su hogar por los próximos días. No necesita cama ni baño. Dentro de cuatro paredes sin una cavidad por donde penetre un poco de iluminación. Un foco que cuelga del techo por un viejo cable será su Sol, vivirá bajo la tonalidad de una enfermiza luz amarillenta que no alcanza a alumbrar la totalidad del cuarto, la oscuridad reclama su espacio mordiendo los rincones, ahí donde puede esconder sus ojos de la claridad o usar como baño. En lo alto de una de las paredes, han colocado un aire acondicionado, tal vez tenga calor. En unos días no sabrá la noción del tiempo, aunque hay cosas más dolorosas por perder.

He pedido que curen sus heridas, no quiero que empeoren. Su cabeza sangra, lo han golpeado hasta el desmayo para traerlo aquí.

Día 3

Resignación, ya no grita, ha dejado de golpear la puerta y ya no intenta alcanzar la cámara por donde lo observo, eso o las fuerzas se le acaban. Solo recibe alimento necesario para no morir de hambre. Puedo ver como le duele masticar, ya no escupe sangre pero su boca esta molida por dentro a causa de los golpes recibidos al momento de su captura.

Las autoridades por fin han acudido a su domicilio, hay tantos policías dentro que parece que regalasen rosquillas. A la distancia puedo ver la cara hinchada de su esposa por el llanto, el pequeño primogénito no sabe lo que pasa, seguro que ha estas alturas ya olvidó el rostro de su padre. Pero aun no es momento de actuar además no hay pistas que les lleven a donde lo tengo encerrado.

Día 4

A uno de mis subordinados se le ocurrió no darle de comer en todo el día. Tienen mi permiso para hacer lo que les plazca con él, siempre y cuando siga vivo, así lo necesito.

Al anochecer le han llevado una cubeta jumbo con palomitas de maíz saladas, las devoró con tal rapidez, que si estuviera en el cine se le acaban antes de que empiece la película. Lástima que el combo en vez de incluir refresco, lleve un vaso con amarillenta orina, el único líquido que recibirá hasta que lo beba.

Día 5

Otro de mis hombres tiene un contacto en una funeraria. Consiguió el dedo de un niño pequeño, hay muertos de todas las edades. Han arrojado los 3 centímetros de carne por debajo de la puerta de la habitación. Dejaré que imagine lo que quiera, esta noche seguro que soñara con su hijo. Veremos si aun quedan lagrimas en ese deshidratado cuerpo.

Día 6

El vaso está vacío. El cuerpo atormentado, desmoralizado y sin energías. Pasó toda la noche gritando, inquiriendo de quien era ese dedo, pero igual que desde su primer día aquí, nadie le ha dirigido una palabra.

Día 7

La habitación apesta, toda una semana de su vida está ahí dentro. El fétido olor ya forma parte de él. Comienza a dudar si se trata de un secuestro, si quiere que eso sea, le daremos el gusto y tomaremos una prueba de vida.

Día 8

Hemos vuelto a darle de comer y beber, casi muere después de amputarle el dedo. Lo que desconoce es que no va en un sobre dirigido a su residencia, tan pronto como han cerrado la puerta entre gritos de agonía después de la mutilación, la pequeña extremidad ha sido arrojada al bote de basura más cercano. Mi subordinado dice que en sus ojos vio un pequeño brillo de esperanza, le susurró que su familia pagaría el rescate.

Día 9

Hemos esperado a que utilice su ropa como papel higiénico, primero fueron sus calcetines, luego su calzoncillo y el calor es tan sofocante que no le importó usar su camiseta. Ahora es momento de prender el aire acondicionado, tendrá tanto frío que volverá a ponerse sus nauseabundas prendas.

Día 10

Amaneció al lado de su propio vómito, pareciera que lo utilizó de almohada. Ha cambiado de táctica, abandona la mansedumbre para convertirse en una bestia que escupe peticiones de piedad, llama a su dios, habla a las paredes acerca de su esposa e hijo, gasta energías, pero en los muros no hay piedad, solo silencio.

Día 11

Llegó el momento, ha confesado su delito, ahora sabe que el hombre que le observa a través de la cámara es el padre de la joven que violó y asesinó hace ya varios años.

Tengo dos opciones: devolver al mundo a un ser que temerá hasta de su sombra, o torturarle hasta que muera.

FIN