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BEAUCERON



Los dos tenían la misma complexión , los dos se atacaron con la misma decisión de vencer y dominar el territorio : La solitaria calle .
Desde el pequeño balcón de mi estudio podía observar, sin ningún riesgo , como los perros peleaban en un fiero combate . El perro canelo, de una raza mezclada con pastor alemán , desafiaba atrevidamente al que yo podría afirmar que era de raza Beauceron y ,que sin saber donde vivía y quienes eran sus amos , era dueño de aquel trozo de calle a donde me había mudado . La contienda duro poco ; yo no se en que momento el Beauceron clavo sus colmillos en el cuello del Pastor que agonizante gemía y se convulsionaba entre las patas delanteras de aquel furioso perro grande y fuerte de pelo corto y grueso de brillantes tonos rojizos.
Arrastrando su cuerpo se alejo del Beauceron gimiendo de dolor ; en el pavimento iba dejando una ancha franja con su roja sangre como la firma de su derrota .

Los vecinos ya se habían quejado ante las autoridades y estas habían mandado a sus entrenados empleados para localizar al amenazador perro y llevarlo al deposito de animales abandonados .
No se si por la impericia de los guardianes o por la astuta inteligencia del Beauceron o por lo seguro e intrincado de sus escondites, nunca pudieron cumplir con su misión ; lo cierto era que seguían apareciendo perros muertos con profundas heridas de colmillos en sus cuellos.
Al caer la tarde y en contadas ocaciones,podia,desde mi atalaya, observar como el fiero perro
aparecía sigiloso ocultandose entre las sombras que proyectaban arboles y casas para husmear
en los tanques de basura buscando algún alimento para completar su dieta pues por su aspecto limpio y robusto no aparentaba pasar hambre . Yo ; y debo confesarlo , en la entrada que conducía a mi estudio, junto a la pequeña puerta de alambres trenzados, depositaba pequeñas cantidades de comida para que el Beauceron las encontrara y comiera . Lo hacia por dos motivos, primero para observar un poco mas de cerca a aquel formidable animal y,segundo, por la malsana alegría que sentía cuando ,por casualidad, algún desorientado transeúnte distraídamente caminaba por aquel pedazo de calle solitaria y era sorprendido por el impresionante y musculoso perro que lo perseguía y muchas veces mordía en las piernas. Al Beauceron no le importaba el tamaño ni la apariencia del personaje que incurriera dentro de los limites de su propiedad, el lo atacaba sin advertirle con sus ladridos o gruñidos . A los depredadores e invasores no se les avisa , se les ataca. Quizás pensaba el solitario animal.
En una de esas ocasiones observe como el perro acechaba a un joven y fornido paseante que,distraidamente se adentraba en su territorio . El joven que no esperaba el sorpresivo ataque retrocedió y con un sereno gesto recogió un largo y macizo pedazo de madero y con el se defendió del animal dandole fuertes y contundentes golpes que hacían retroceder al perro pero que no lograron intimidarlo, acabando el desafío con el joven corriendo delante del furioso can en aparatosa fuga y mordido en sus talones y piernas .

Los del servicio de sanidad y recogida de animales redoblaron la vigilancia y en distintas oportunidades les observe ya bien entrada la noche como vigilaban, con sus largas varas de atrapar animales, en los dos extremos de la calle por si el animal aparecía .
Los perros muertos, los transeúntes mordidos y los asustados vecinos presionaban al servicio sanitario para que atraparan y enjaularan a aquel animal que tenia atemorizado al vecindario entero .

Aquella tranquila tarde desde mi balcón observe como el anciano ,con su lento paso y apoyandose en su recto bastón , avanzaba confiado por la acera opuesta . Con inquieta mirada recorrí todo el largo de la calle ¡ Allí estaba el Beauceron.. Asechante ; con sus solapadas intenciones, escondido detrás de uno de los grandes arboles y oculto por sus salientes raíces . Con su larga cabeza de cráneo plano y ovalados ojos oscuros , ya enseñando sus fuertes y afilados colmillos , en silencio , anticipando su ataque .... Lo único que pude hacer fue gritarle
al perro , ya sin tiempo para bajar y tratar de ayudar al desamparado viejo.
El animal salto de detrás del árbol con toda su desarrollada musculatura y se abalanzo hacia el abuelo...mi corazón latía con un ritmo demasiado acelerado .
El animal se detuvo junto al indefenso e inocente anciano , le olisqueo sus zapatos y..... levantando su trasera pata le meo..... dejando que el viejo continuara con su lento e inseguro paso.







Texto agregado el 17-04-2012, y leído por 146 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
11-12-2014 El perro era fiero y burlón por eso al anciano lo meó pero no atacó. elpinero
18-04-2012 Un romántico final simasima
 
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