Esta semana vino una señora a pedirme dos cosas: La Unción de los Enfermos y que le diera energía (con una técnica similar al Reiki).
Le habían extirpado una mama con ganglio y todo, por un cáncer. Y le estaban aplicando quimioterapia, algo que no me gusta en absoluto.
Entre otras, le hice una de las preguntas que casi siempre sé la respuesta:
- ¿Sufre usted de estreñimiento?
- ¡Sí!, me respondió. Y de hace muchos años.
Es que “más sabe el diablo por viejo…”,
Llevo 50 años atendiendo personas como sacerdote, y también ayudando a la salud de la gente. Y la experiencia me dice que personas con cáncer, miomas o quistes, han sufrido por largos años de estreñimiento. O sea, duras para ir al baño. Problema al que los médicos, generalmente no le dan importancia. Para mí, sí que la tiene… a largo plazo.
Sufrir estreñimiento significa que la persona guarda en su organismo sustancias tóxicas que, al no ser eliminadas oportunamente, son reabsorbidas, y van a parar a diversos órganos, especialmente los más débiles: en el caso de las mujeres, el útero o los ovario, o las mamas. Y dolores de cabeza.
Con el correr de los años, aparecen los quistes, miomas y pueden devenir en cánceres.
No soy médico, pero doy esta alerta. Tengo varias maneras de tratar a personas en sus diferentes dolencias. Algunas como aficionado, o con su correspondiente diploma. Y recomiendo para el estreñimiento, un remedio muy simple y barato de homeopatía: SIMILIA 138.
Los laxantes y purgantes reemplazan al cuerpo (también los hay en homeopatía), pero SIMILIA 138, lo que hace es obligar al organismo a cumplir con su deber, y acabar con el estreñimiento, o sea, sanar de este mal.
Por esta señora que acudió a mí, me vino a la cabeza comunicar mi experiencia al respecto a los hermanos Cuenteros. A más de alguien le puede servir.
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