Torpes, se sienten los pasos
las botas profanan la acera
el saber evidencia las puertas
la vida tiembla..., detrás.

No puedo mostrarme aquí, ahora
dejar que me vean,
no soy el que escribe el cuento
el que respira soy..., apenas.

La mudez acarrea los gritos
el luto sepulta las ideas
la brasa es barbarie en la carne
el canto, es de golondrinas negras.

Hay sangre a mis espaldas
ojos inocentes me frenan
y muerdo en oscuras al silencio
detrás, de la puerta de madera.

¿Qué palabra es libertad
que tantas banderas quema?

¿Porqué tantos hombres temen
lo que ellos mismos poseen?

Si se mata, será eternidad...
el pensamiento condena inconciencias
aunque caiga otra vez, la puerta de madera
y solo queden hojas vacías sobre la mesa.

No puedo mostrarme aquí, ahora
dejar que me vean,
no soy el que escribe el cuento
el que respira soy..., apenas.