Limpio mis hondas y viejas heridas
De batallas lejanas emprendidas
Y cual rojas flores en aromas prendidas
Se ciernen en mi franco y ancho pecho
Mientras las viejas y mohosas dagas
Descansan entre mis nobles pertrechos.
Insuaves laudes retumban en mis oídos
Tiempos lejanos, en desencuentros
Los cuales cual manos ateridas se aferran
Y entre ellas se atacan buscando su espacio.
Penachos de viejas glorias, en puntas de lanza
Que en la carne se apropian rotas sus espaldas
Himnos de gloria se elevan, canto a la victoria
Pero el sabor agrio, amargo se sube a las bocas,
Mientras las blancas nubes son testigos de los hechos
Y en torrentes de lágrimas riegan los campos vacíos
Cual mis viejos pertrechos yazco en mi cama vencido
Deseoso que una nube blanca me eleve a los cielos.
Ray
Texto agregado el 16-04-2012, y leído por 186
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