Llueve; llueve afuera y también llueve adentro. Afuera es una tenue garúa que cae desde hace un tiempo mensurable. Dentro, llueve desde siempre que te vas, desde siempre que dejamos de olernos, de saborearnos, de entremezclarnos...
Llueve; llueve desde cada cosa que miro y te recuerda, y creo que no hay cosa que pueda mirar sin recordarte; no hay espacio sin tu presencia, no hay vacío sin tu ausencia. Porque estás dentro de mí; porque sos parte de mí, y por eso...
Llueve; porque sos también esa lluvia que me purifica, que me enciende y no me apaga (¿paradoja del destino?). No. Vos sos esa lluvia que me da deseos de vivir, de soñar, de esperarte, de amarte, de desearte, de fundirme en vos y sentir juntos, como crecemos al entregarnos, como esa flor que necesita de esa lluvia...
Afortunadamente, llueve...monik. te adoro chiqui!!!!!!!!!!!!!!!!
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