Hace exactamente un año un calido 15 de marzo del 2011 caminaba con mi novio en busca de la panaderia que mi hermano me habia mencionado, el dia anterior habia traido unas facturas muy ricas y crei haber entendido donde las habia comprado; asique el 16 cerca del medio dia salimos en busca de ella. Caminamos por la calle Mansilla y justo a una cuadra y media como Carlos me habia dicho creimos encontrarla, la panaderia "La Galesa" asi se llamaba; quedaba casi en frente de radio Mitre. Entramos y nos dirigimos a las pinsas para tomar las facturas, luego se las entregamos al panadero, un hombre alto con anteojos, pelo medio enrulado y barba blanca ya por su edad, comenzo a acomodar las facturas elegidas en un papel blanco para embolverlas, en un momento la torre que habia formado con ellas comenzo a derrumbarse, nos miramos con mi novio y le dijimos que no importaba que las acomodara asi nomas, note que el hombre desconocido comenzo a ponerse nervioso y volvio a formar la torre, las miraba en diferentes direcciones para que estas no pudiera caerse, cuando termino su ritual termino por embolverlas y nos fuimos caminando con la bolsa que contenia ese paquete con la torre perfecta formada por las facturas y sin pensar en el gran trabajo del hombre tambaleabamos la bolsa hasta llegar al departamento. Al abrirla la torre ya no estaba formada, las facturas yacian en ese blanco papel desparramadas, prepare mate para mi y un cafe con leche para mi novio que hacia dos dias habia llegado a visitarme.
El tiempo paso y no volvi a la panaderia, las facturas no eran como las que habia traido mi hermano aquella tarde y en una charla con el me di cuenta que nos habiamos dirigido a la panaderia equivocada. Hoy despues de un año de aquel dia, paso y pase durante mucho tiempo y cada vez que pasaba por ahi miraba hacia dentro del negocio, el hombre siempre estaba ahi parado, esperando que alguien entrara y quizas o seguramente acomadaba cada cosa en forma de torre perfecta sin pensar que al salir la gente desparramaria su obsesivo trabajo.
Era como un camino que siempre hacia para ir al cyber del peruano que quedaba en Pueyrredon y San Luis, siempre mirando para el negocio pude observar que durante una semana el hombre se paseaba fuera de el, con cara de preocupacion, acomodando los carteles de la torta del dia, camina de un lado al otro siempre en el diametro de la panaderia, luego se para en la puerta miraba hacia todos los lados posibles y entraba. Siempre me genero curiosidad su forma de ver, de acomodar, se lo veia tan solo y triste, pero a la vez cortante y distante.
El martes de la semana pasada dieron alerta meteorologica en la ciudad, Carlos llamo diciendo que se habia quedado sin plata que si podia bajara a abrirle y llevara $30 para pagar su taxi porque llovia tanto que no podia caminar hasta encontrar un cajero, al cortar la communicacion me di cuenta que solo podia bajar pero no abrirle, mi mama se habia llevado las unicas llaves, pero Carlos tenia una copia y no me hice mucho problema , asique tome los $30 pesos y baje apurada dejando el celular dentro del departamento. Me quede esperando en la entrada del edificio, del lado de adentro porque al no tener las llaves no podia salir ni entrar a mi casa, me quede ahi esperando mientras veia caer la lluvia de una forma descomunal, el agua llegaba de calle a calle. En esos cuarenta minutos de espera, un hombre con las caracteristicas del panadero frena en la entrada del edificio para resguardarse de la lluvia, sin paraguas y ahi se queda esperando un largo rato, lo mire un par de veces hasta darme cuenta que era el, mire su uniforme blanco e intentaba ver si podia leer su nombre, pero no pude, la lluvia calmo, el panadero se fue y mi hermano llego.
Mañana por la tarde despues de tanto tiempo voy a entrar a la panaderia "La Galesa", voy a comprar esas mismas facturas que compre con mi ya ex novio, voy a observar cada movimiento, voy a dejar que acomode las facturas si es que eso lo hace feliz y hasta quizas si me anime preguntarle su nombre, volvere con el paquete tambaleando como aquel dia, pero esta vez nadie va a acompañarme hasta llegar a casa, solo la mirada preocupada del panadero que hasta hoy no se su nombre pero para mi es Francisco.