Voluntad + amor
Tamara empezó a tomar algunos cursos de computación en una escuela que estaba cerca de la casa de su amigo Pablo. Tamara da clases en una escuela cerca de su casa, vive sola desde hace 10 años, a los 20 años tomó la decisión de irse de su cada por motivos de salud.
La vida de Tamara es como la de cualquier otra persona, solo por una cosa, hace 11 años empezó a toser muy fuerte por la noche, al grado de sacar flemas con sangre, lo que de inmediato la familia la llevaron al doctor. La internaron de emergencia, después de varias horas sin saber de la salud de Tamara, el doctor salió a dar el diagnóstico, era una grave infección en los pulmones, que tenía cura con medicamentos caros, y sobre todo un tratamiento muy delicado y desgastante. Todo esto debido al cigarro.
2 años antes, Tamara se quedó sin trabajo y se fue a vivir a casa de sus padres pero por desgracia sufrió un accidente que la dejó incapacitada por más de 2 años, con una férula en la pierna, pero a ella no le gustaba estar sola en su cuarto y se bajaba a la sala a convivir con la familia. Su padre era jubilado y desde los 20 años fumaba, cuando iba a trabajar fumaba poco, pero cuando dejó de trabajar llegó a fumar tres cajetillas al día. El humo afectó los pulmones de Tamara, era fumadora pasiva y eso fue lo que le provocó esa infección en los pulmones. La vida de Tamara estaba en peligro, cuando se enteró de lo que le estaba pasando, no quiso ver a su familia pidió que no se les diera el acceso hasta el día de hoy Tamara no perdona a su padre, por la enfermedad. Durante 5 años Tamara luchó contra la enfermedad. Pero no fue fácil un amigo que trabaja en el gobierno le ayudo a conseguir la ayuda para poder tener su tratamiento, perdió el cabello, peso, perdió las ganas de vivir. Hasta que se recuperó pero no por completo. Las heridas seguían abiertas, todos los días que se presentaba en la habitación donde la tenían para seguir su tratamiento era una habitación comunitaria. La compartía con más de 15 personas, el ver sufrir a los enfermos, quejarse del dolor, y ver morir a otros pacientes hicieron de Tamara una persona fría, triste y sin ganas de vivir. Cuando intentó regresar a trabajar se dio cuenta de que la tecnología y las nuevas generaciones la habían superado y después de estar muchos años inactiva tenía que ponerse al tanto de todo. La esposa de su amigo que la ayudó con lo de su tratamiento le consiguió una beca en una escuela de cómputo para que tomara algunos cursos y poderse preparar y trabajar. Y sobre todo recuperar el tiempo.
Era lunes por la mañana y su primera clase en esa escuela era a las 9:00 de la mañana. Pero tuvo una complicación, por la mañana tuvo un ligero desmayo no llegó a tiempo a su clase. El profesor no la dejó pasar. Muy fría después de la clase entró a hablar con el profesor. Le explicó la situación y el profesor se disculpó por la acción, y que gracias por avisarle.
La relación de ella y de sus compañeros no era muy buena porque no hablaba con nadie, no tenía amistades.
Después de pasar varios meses en esa escuela, todos los días ella llegaba de un extremo de la avenida y un chico llamado Cristian llegaba del otro lado de la avenida. Siempre llegaban a la misma hora, lo único es que Cristian llegaba fumando un cigarro, se recargaba en una pared a esperar para poder entrar a su clase, pero en ese lapso se fumaba por lo menos 4 cigarros. Eso a Tamara no le gustaba nada es por eso que nunca le habló. Cristian tenía intensiones con ella pero Tamara siempre fue cortante, un buen día se armó de valor y le hablo a ella al término de una clase, cuando se acercó a ella.
-hola, ya es muy tarde ¿quieres que te acompañe? – dice el muy amable.
-no gracias. – dice ella muy seria.
-oye, si dije algo o alguna vez te ofendí te doy una disculpa.
-déjame en paz.
-perdón, pero no te voy a dejar sola, ya es muy tarde.
-en verdad déjame sola.
-oye no seas así conmigo. Solo trato de ser amable, siempre me evitas
-mira, yo se mis razones, ¡déjame en paz!
Tamara se fue y tomó el camión para ir a su casa, pero una mañana las cosas cambiaron y tuvo que ir al hospital de emergencia desde luego que avisó con tiempo a la escuela que no se presentaría por motivos de salud y que estaba internada. Pasó una semana y Cristian pensaba que Tamara no había ido a la escuela por lo que había pasado aquella noche y fue a preguntar a las oficinas de la escuela para saber qué era lo que había pasado con Tamara.
-buenas tardes, disculpe ¿sabe qué pasó con Tamara Ruiz? Es que tengo que hacer un trabajo con ella y no ha venido.
-mira, en la base de datos dice que se reportó enferma desde el primer día que faltó, y se reportó como grave.
-¿y no sabe en qué hospital esta ella? Lo necesito.
-ok, espérame. Mira está en el hospital de enfermedades respiratorias.
-bueno, gracias.
Y ella fue a buscarla, llegó al hospital y preguntó por ella en recepción.
-buenas tardes señorita, busco a una persona. – dice el muy agitado después de haber subido escaleras y buscar la recepción.
-el nombre de la persona.
-Tamara Ruíz.
-está en la habitación 203.
-gracias.
-por nada.
Cristian fue a buscarla pero al dar con la habitación intentó entrar a la habitación pero un doctor le prohibió la entrada.
-disculpe, señor no puede pasar.
-¿perdón? – dice Cristian
-no puede pasar, ¿tiene un permiso? – dice el doctor.
-no, bueno vengo a ver a una chica, se llama Tamara Ruíz.
-mire ella nos dio instrucciones de no recibir visitas.
-bueno es que…
continuara... |