De hembras olas y tempestades
Todas caprichosas, todas indomables
Dando los frutos, dejando rastros
Abriendo heridas, para después
Morir lentamente en una cama, en una playa
O azotándose contra la dura montaña.

De esas hembras que retozan
Que de amores y suspiros llenan el silencio
Que nos incitan al último envión
Y en un orgasmo profundo se aferran
A la espalda desnuda para morir
Dejándonos viudos cada noche

De esas olas que se elevan y se arrastran voluptuosas
Sobre rocas, algas y arena
Que con dedos de espuma acarician
El acantilado tratando de arrastrarlo
Solo por capricho y vanidad
buscando hacerlo suyo para siempre.

De esas tormentas que se anuncian
Dibujando en el cielo rebaños cada vez más oscuros
De esas a las que precede un viento tibio
Y aromas de humedad inquietante, sensual
Que llegan con trueno y ráfagas ruidosas
De esas hembras, olas y tormentas quiero escribir