Tú y yo… se piensa.
Blanco o negro.
Del puerto un bar.
En el sillón
una pasión penada.
En una mesa,
un oscuro trago
da toque de queda
a la cordura.
Tarde para regresar,
perdido, el extraño
reflexiona mentiras
entre camas ya vacías,
que no ocupa,
por haberlas ocupado todas.
Victorias y otras mariposas
lo sobrevolaron, y ahora,
el dolor de nada.
En la nociva penumbra,
a un paso de la calle,
“yo sin ti” se piensa,
con ojos de sabores
lúgubres y amargos.
Un sapo croa en los diques,
nimio acto de fraternidad,
dedicado al príncipe
de los errores repetidos.
Se siente un bicho raro,
en los últimos brillos
de sus amores trashumantes.
Vamos… úsame,
gorgotea a los negros ojos
ocultos de alcohol y rímel,
y deja que manos de mala muerte
lo lleven hasta sus nalgas,
donde se llora… y yo… sin ti.
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