En las noches de plenilunio oculto y disimulo mis amargas penas
Luna, lunita, eres mi tierna doncella en las noches de insomnio
Luna, lunita, no me dejes en el desierto, guíame al fresco oasis
Tú que eres compañera de la tierra testigo de la línea del tiempo
Elevo a ti, mis rimas y mis poesías en claros cantos de acorde y melodía
En ellas están mis fantasmas, acuden, y bramo cual viejo león herido.

Siento en mi corazón retumbar de truenos, que los arrastra el viento
Mientras por mi mente ausente, danzan en remolinos ascendentes
Solo, en esta noche de estío, me observas entre tus halos, luna, indolente
Tú no alcanzas a comprender, tú eres cuna de mis aflicciones y sosiego
Que conservas en tu corteza la vieja historia de los trovadores y poetas
Luna, lunita, que en lo alto eres la reina, no me abandones en el abismo.

Soy prisionero de la noche en la inmensidad del galimatías color plata
En ti me sumerjo vehementemente, asiendo para mí tus dulces rayos de plata
Sé que, miles, cientos de enamorados acunaron sus romances bajo tu influjo
Luna, lunita no me prives de tu presencia, eres tú, la llama de mi existencia
Eres la compañera de mis noches deambulatorios, perdido entre brumas.

Solo en los amaneceres, me siento cual barca errante entre las olas sin rumbo
Mis penas ya marchitas cual hojas muertas, se dejan arrastrar por leve céfiro
Soy un vagabundo sin boato en las calles desiertas, con el peso de confesiones
Sé que eres solo un cuerpo celeste impregnado de complicadas ecuaciones
Aun así espero que llegue la noche, para alzar mi mirada y encontrar tu brillo
Tú, luna, lunita eres el abrigo paciente que en cada noche remozas mi vida.

. Ray