Esta pequeña historia empieza dejando atrás mi cuerpo en ese pequeño planeta llamado Tierra, me encuentro volando sobre un océano de estrellas, de repente veo en el horizonte una bella estrella que llama mi atención, sin pensarlo dos veces seguí mi travesía en el espacio dirigiéndome hacia esta estrella, me encontraba en la Galaxia de Andrómeda cuando ya estaba muy cerca, noté que esta estrella estaba agonizando y en su lecho de muerte.
-Hola cómo te llamas le pregunté.
-Ustedes los terrícolas me llaman NGC 224, soy una gigante roja admirada y muy observada por ustedes, es una lástima que estoy a punto de morir.
-¡No te puedes ir!, tengo muchas preguntas para una estrella tan bella como tú.
-Tengo poco tiempo solo alcanzaré a responderte una sola.
-¿Qué se siente ser una estrella tan grande y majestuosa en todo el universo?
-Pues muy mal porque deje que la vanidad me consumiera…el hecho de verme “linda” externamente me ha estado matando por dentro, no siempre verse bien significa estar bien, para aparentar ser bella me ha costado consumirme toda por dentro dejándome sin reservas de hidrogeno, eres muy afortunado estas a punto de ver el auto sacrificio de la belleza universal.
Y con una lagrima en su rostro se despidió de este universo explotando en una supernova gigante, tan bello espectáculo lo tuvo que hacer al precio de su propia vida, esta explosión tan bella y fuerte me hizo volar muy lejos donde en el infinito ya no se podrá ver a esta vanidosa estrella.