Se consume mi cuerpo en febril lejanía
Se escurre mi amor cual gotas de rocío
Mis ojos velados por la melancolía
Huyen de tu mirada tal vez, ansiosa.
Mi voz se diluye con el correr del día
Tu cara, en armonía fluye a lo lejos.


Las gotas de rocío en añoranza caen suaves
Se diluyen en finos vapores como tu lejanía
Las odas quedaron olvidadas en papel vacío
Sus letras borrosas enmarcadas en poesías
Hablan de ti, pero no hablan de tu destierro
Mis manos tiemblan frente a mis poemas.

Mi voz queda musita entre dientes mis rimas
Rimas lejanas de un amor que fue decreciendo
Se entrega mi mirada ante papeles esparcidos
Tiempos lejanos en sutiles telas de velos disueltos
Y entre ellos escondidos tus amados timbres de voz

Me entrego al desasosiego y con él se pierde mi aliento
Este amor cual neblina matinal se evapora con el sol
Junto a él siento que mi cuerpo se inunda en el
Y en las noches de insomnio sin sentir a mi lado tu piel
En las sombras tu silueta se dibuja como luz vivaz
Pero solo son mis fantasías, estás ya, muy lejos de mí.

La eterna letanía de los sueños en vigilia
Y los recuerdos más fieles me llegan tardíos
Cual vieja película en blanco y negro cuarteada
Quedan en mi mente guardados pero vacíos
Ya el fuego que quema mis entrañas, son solo cenizas
Cenizas, que con un solo soplo de suave brisa, se irán.

Ray