Capitulo 1.
La nieve caía graciosa y delicadamente, danzando con la suavidad del frio viento invernal, deje que mi mirar se perdiera en el bosque, tan tranquilo y taciturno. Deje que mi pensamiento se liberara pero por desgracia mis oídos también lo hicieron y escucharon más de lo que me gustaría:
1-Mírala esta ahí de nuevo
2-Eh? Donde, donde?
3-Es cierto, siempre esta ahí, acaso no tiene amigos??
2-NOO! ¿Cómo alguien como ella podría tener amigos? Es decir mírala es tan rara, siempre perdida en la nada, y esas cosas, tan gótica! Es patética!
1-tienes razón
Esta es mi vida siempre siendo observada y criticada por los demás, me molesta me ofende pero sobre todo me es indiferente al final. Siempre me he encontrado sola, una vez tuve amigos pero todos murieron en un grave accidente del cual únicamente yo sobreviví, todos me culparon por eso, los padres, los hermanos, mi propia familia, poco tiempo después fui abandonada a mi suerte por aquellos que me habían dado la vida, afortunadamente encontré un lugar donde quedarme, una vieja mujer me recogió, y me amo de verdad, “tu no tienes la culpa de nada pequeña niña, solo as sido desafortunada”, éramos asediadas por todos los habitantes del pueblo, eso nos obligo a irnos de ahí, a empezar de nuevo en un lugar diferente, pero la desgracia nación con migo, poco tiempo después de llegar allí, la anciana murió de muerte natural, cerré mi corazón a las personas, una ves mas, y aquí estoy tengo 17 años he vivido por mi cuenta durante tres años, sola en la casa que la anciana Arata dejo para mi.
-muy buenos días
-¡de pie!, ¡saluden!
-muy bien pueden sentarse, este día vendrá un nuevo estudiante nuestro salón, por favor denle la bienvenida a Eriol.
Dijo la maestra mientras entraba un chico muy alto y delgado, de cabellos grises, ojos azules como el mar profundo, y una mirada tan profunda como su color, todas las chicas comentaban y suspiraban por la apariencia del joven, yo fui la única que le resto importancia, gracias a ello, me gane nuevos comentarios en mi contra:
-mmm… veamos donde te puedes sentar…… Hahn…. Eso es te sentaras frente a Yukiko.
-¡¡¡¡¡¡¡QUEEEEEEEEEEE!!!!!!!
-niños compórtense!
Caminaba con mucha elegancia y misterio casi como si fuese un noble, sus grandes ojos azules penetraron mi mirar por un segundo, yo no mostré interés alguno pero a decir verdad me había impresionado la frialdad y el misterio de su mirar, las clases transcurrieron con normalidad hasta la hora del almuerzo, todas las chicas se agruparon alrededor del asiento de Eriol y frente al mío, me disponía a salir del lugar para ir a comer en un rincón solitario y tranquilo del techo, pero no pude evitar escuchar lo que decían, le preguntaban cosas sobre el y su vida, eran insistentes y molestas a mi parecer, pero el no se inmutaba ni decía nada, no contestaba a sus preguntas, hasta el momento nadie había escuchado su voz.
Decidí que era demasiado asique dispuse irme, pero no podía alcanzar mis cosas debido a la aglomeración de chicas.
-oye! Muévete, quiero tomar mis cosas.
-¡COMO TE ATREVES A TOCARME, ASQUEROSA BRUJA!-dijo Ume mientras empujaba mi asiento tirando al suelo todas mis cosas y a mi con ellas. Me levante lentamente, estaba furiosa, había rebasado el limite de lo que podía soportar, levante el rostro lentamente, con mi mirada fija en sus ojos y le dije:
-agradece tu pequeña y patética vida, porque podría llegar a su fin tarde o temprano, te recomiendo que no vuelvas a acercarte a mi o veras que es lo que soy capas de hacer, maldita niña consentida y mimada que no es capas de vivir bien si no lastima a los demás, si vuelves a provocarme hare tal atrocidad con tu rostro que ni siquiera tu madre podrá reconocerte asique mantente alejada de mi y si ustedes no quieren ver lo que puedo hacer con sus patéticas caras no me provoquen!!!!!!
Me agache a recoger mis cosas y “casualmente” mi navaja se salió de mi bolso, todos los presentes retrocedieron de golpe al verla, a excepción de Eriol que se quedo sentado viéndome fijamente.
-oye Eriol ¿Qué crees que haces? apártate de su camino, no sabes que es capas de hacerte! ¡ESTA ARMADA!
-¿y que seria capas de hacerme? Acaso lo sabes para tener tanto miedo. Acaso ella a dañado a alguien anteriormente? ¿Sabes algo de ella que yo debería saber? O solo te burlas de ella y de mi?
-ehh… no, no se pero es por ello que te lo advierto. Porque no se que pueda hacer!
Seguí recogiendo una a una mis cosas revisando que nada se hubiese roto, me había enojado tanto que no me había percatado que estaba herida y que había perdido un mechón de cabello debido a un espejo roto. La sangre desde mi brazo salía con fuerza, y no se detenía. Mis cabellos blancos se manchaban con el carmín de mi sangre. Pero todos estabas demasiado asustados para notarlo, y yo demasiado enojada.
Eriol se agacho a mi altura, y me miro con esos profundos ojos como si indagara en mi mente.
-…
-…. Cual es u nombre.
-… Yukiko, si no necesitas nada mas me voy.
-espera estas herida
-¿herida?...oh…es cierto
Ume retrocedió lentamente hasta su asiento mientras Eriol sostenía mi brazo son suavidad para limpiar la sangre.
-ven Yukiko, te llevare a la enfermería, esto podría requerir puntadas. Apropósito, soy Eriol.
-lo se.
-como no me prestaste atención al entrar pensé que no lo sabias.
-lo noto???- pensé para mi
Eriol me ayudo a levantarme, sostuvo mi brazo todo el tiempo para evitar que se dañara mas la herida, al pasar frente a Ume, se detuvo y le dijo con una vos suave pero amenazante que todos escucharon claramente: las personas como tu me dan asco… quien te crees que eres para insultar a los demás, niñita consentida y malcriada, acaso no tienes suficiente con la miseria de tu propio mundo que necesitas desesperadamente humillar a los demás para sentirte bien? Eres PATETICA!!!
Luego de decir esto siguió avanzando hasta salir del salón, todos dentro se quedaron sorprendidos y asustados, por mi reacción y por la de Eriol nadie pensó que el fuese capas de acercarse a mi sin miedo y con total naturalidad, ni siquiera yo.
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