Cantares de mis cantares y las perlas con su brillo
Canto encumbrado en las alas de los cóndores
Que en en lo alto son señores del poderío
Cantar de mis cantares en medio de las rosas
Le canto a mi madre la que una tarde murió.

Sus flores en ramos de tibias y rojas flores
Adornaban en su lecho triste de eternidad
Ella aún en su rostro atisbaba una sonrisa
Dándonos su último adiós, envuelto en tules.

Los evasivos de siempre olvidaron su pesar
La fragancia de sus caricias de amor
Ella murió, sí, pero nadie sabe que de dolor.

Besando su frente fría como los hielos polares
Y fue mi beso tan ferviente, que le dio calor
Ella fue nuestro fuerte, siempre nos dio valor
Y hoy que la perdimos, sé que murió de desazón

La tarde murió de pronto, la noche se adueño
Y en tu sueño, sueño de muerte, la noche murió
Dicen que murió de vejez, sé que murió de aflicción
Ni en la cripta descansas, quisiste ser cenizas
Y que fueran esparcidas al viento, en libertad
Todos creen que fue tu vejez, pero sé que fue el dolor.

Ray