El servicio secreto parte 4
Un día por la mañana, Emma salió a correr por el enorme jardín que rodea a su casa. Cuando vio de lejos como su padre arribaba su camioneta para dirigirse al aeropuerto con destino a España. Por la tarde salió con Sheila para ir a una entrevista con una reportera de una revista de socialité. Llegó portando varios trajes sastres y vestidos de un reconocido diseñador en todo momento demostró humildad al igual que Sheila. Emma fue cuestionada de la relación entre ella y su padre, siempre contestó que es de lo mejor, que su padre es como su amigo. Que no tuvo hermanos, y siempre ha tenido lo mejor, pero que siempre agradece lo que tiene, sea bueno o no. Por qué ha tenido la oportunidad de ver a niños en estado crítico de pobreza y eso la a echo una mujer noble. También hablaron de la amistad de toda la vida que ha tenido con Sharon, que más que su asistente, es como la hermana que no tuvo. Se le preguntó si tenía algún amor, en todo momento dijo “por el momento así estoy bien, me concentro en mi trabajo como primera dama” la sesión de fotos siguió, se hicieron en una casa muy elegante. La entrevista continuó, hasta que la periodista cometió un error. Preguntó por la madre de Emma. En toda entrevista Emma no habla de su madre por respeto tanto a su padre y a ella misma. Ni Sheila sabe por qué Emma niega el tema de su madre y no le gusta hablar de ella. De regreso a casa Emma no iba del todo contenta.
-¿estas molesta por lo de hace rato? – pregunta Sheila.
-sí. Sabes que no me gusta que me pregunten de mi madre. – dice Emma en tono serio.
-te entiendo, ¿y tú enamorado secreto? – dice Sheila cambiando el tema.
-hoy se fue con mi papá a España. No me quiero perder las noticias de hoy porque seguro que el saldrá en las noticias
-obvio, es tu padre.
-me refiero a Mark.
-a, ya entendí. ¿Bueno y por qué no le dices nada a Mark? Me refiero a por que no le das intensiones.
-por qué no quiero que él tenga problemas
-hace poco te pregunté eso mismo, y tu respuesta fue que no te importaban los problemas.
-mi último novio fue en la secundaria. Toda la preparatoria y carrera universitaria la pasé si una pareja. Y creo que me lo merezco ¿no lo crees?
-sí, ¿pero con el jefe del servicio secreto del presidente?
-si con él. ¿Hay algún problema?
-no, nada.
-vamos a mi casa para que las dos investiguemos sobre su vida.
-¿y yo por qué? – pregunta Sheila.
-porque eres mi amiga, y debes de estar conmigo en todo.
Llegaron a casa y se encerraron por toda la tarde. Empezaron con buscar en la base de datos. Con una clave que solo ella tiene, pudo entrar al sistema donde se dieron cuenta que él es soltero, pero tiene una hija de 2 años. Que vive con la madre de él. Quiere decir que la niña vive con su abuela. La madre de la niña huyo con otro hombre. Teniendo toda esa información, Emma seguía animada. Todos los elementos que trabajan con el presidente son sometidos a controles de confianza. Todo lo que decía en la base de datos era cierto. Pasaron los meses y los coqueteos de Emma hacia Mark era cada vez más evidentes. Fue en una reunión donde se dio el romance. Cada año se hace una fiesta que se realiza en el salón que tiene la casa del presidente cuando la familia que está a la cabeza abre las puertas de su casa a personajes de la política, el espectáculo, el arte, la música, gente socialité y sobre todo, la gente que a diario trabaja con el presidente tanto en su comité como en su casa.
El motivo de esta reunión es hacer un brindis en honor al trabajo que hace el presidente. Y se toma una foto oficial que es publicada en el portal del gobierno como en todos los periódicos de la ciudad. En una reunión que dura hasta altas horas de la madrugada, se sirven los mejores bocadillos, las mejores bebidas, la mejor música. La oficina del presidente en esos momentos es custodiada por gente de seguridad. No se permite la entrada a nadie a la casa solo al salón donde se lleva a cabo la fiesta.
Por la mañana llegó una estilista muy reconocida para peinar y maquillar a Emma. Un diseñador muy pero muy reconocido fue el responsable del hermoso diseño que esa noche luciría Emma.
Su padre usó un traje en color negro con una corbata negro color azul. La verdad muy sencilla, a diferencia de Emma. Dieron las 8 de la noche, la cita para todos los invitados era a las 8:30 la noche. Emma en todo momento supervisó que no faltara nada, su padre atendía llamadas para la confirmación de asistencias y de algunas cancelaciones. Algunos medios de comunicación ya estaban afuera esperando a que el presidente o su hija salieran a dar alguna declaración, y sobre todo para captar la llegada de todas las personalidades.
Emma se probó su vestido, no necesitaba ni una sola compostura la peinaron la maquillaron, pero hubo un problema un gran problema, que en parte que bueno que le pasó. Los zapatos eran de un diseñador muy reconocido, en color azul de mismo tono de su vestido. Los zapatos era muy altos al grado se sobre pasar a su papá en la estatura, el problema no era tanto la altura sino la suela del zapato que era en color plata, era muy resbaladiza. El diseñador no se tomó la molestia de hacer prueba de vestuario y probar los zapatos días antes. Dieron las 8:10 ya la gente de la casa estaba lista para recibir a los invitados. Emma no se sentía segura con esos zapatos. Cuando bajó de las escaleras más de uno no podía dejar de ver lo hermosa que se veía. Y sobre todo Mark, era tanta su impresión que no dudó en sacar su celular y tomarle un par de fotos. Los invitados empezaron a llegar, lo primero que hacían era saludar al presidente y a la primera dama.
Pasadas las 9:30 de la noche pudieron hablar Sheila y Emma.
-oye, te vez muy bien. – le dice Sheila a Emma.
-me siento incomoda – dice Emma quejándose.
-¿por qué? Te ves espectacular y el que no te quita unos ojos de encima es Mark.
-son los zapatos, se resbalan.
-pues quítatelos.
-tengo otros azules, pero si me pongo esos se me va a arrastrar el vestido. – dice Emma muy desesperada.
Se abrió la pista de baile y los encargados fueron Emma y su padre de esa manera pasaron a bailar todos los asistentes. Terminó la pieza y fue la última vez en la noche que se vieron las caras. Porque su padre atendió a todos sus invitados y Emma empezaba un romance.
Cuando Emma iba a subir las escaleras para ir a su cuarto y cambiarse los zapatos Kelly Marín, que es una agente del servicio secreto, detuvo unos minutos a Emma.
-¡Emma! ¿Me permites un minuto?
-claro, si dime ¿estás bien?
-sí, bueno no.
-¿qué te pasa? ¿Te puedo ayudar en algo?
-sí, tengo un problema enorme.
-vamos a mi despacho.
-¿qué pasa? No te apures no hay cámaras.
-es que, estoy embarazada. Y el padre de mi hijo huyó. Y pues según el reglamento no puedo estar embarazada siendo agente, porque puedo poner en riesgo mi salud. Quería saber si tú me puedes ayudar para que me manden a las oficinas y no perder mi trabajo.
-no te preocupes ya lo hablaste con Mark
-no, todavía no.
-bueno, no te apures tu no vas a perder tu trabajo. Yo misma voy a hablar con Mark para informarle y el lunes vallas a las oficinas.
-gracias, no tengo con que agradecerte.
-para eso estamos.
Salieron de la oficina, ese era la oportunidad para
poder tener un acercamiento más con Mark y así fue. Al subir las escaleras se encontraron.
-Mark ¿podemos hablar?
-claro. Dime.
-vamos a mi despacho.
-pásate – dice el abriéndole la puerta del despacho.
-siéntate – dice ella.
-¿y qué pasa? –pregunta Mark.
-Kelly me informa que está embarazada, y según el reglamento no puede laborar en el servicio ninguna mujer embarazada por el riesgo que existe.
-no estaba enterado. ¿Y qué propones?
-pues que la mandemos a las oficinas en lo que tiene a su bebe.
-me pace buena idea. – Y se levantó -¿algo más? – dice él.
-no. Bueno… sí.
Y los dos se miraron de frente después de haberse evitado las caras.
-tu… no sientes… - dice ella.
-sí, lo siento.- la tomó de la mano y la llevo a una oficina muy pequeña donde Emma tiene una sillón donde se sienta a escribir en su diario. Y que todos saben que cuando se encuentra en ese lugar nadie la puede molestar.
-esto es…
-anda dilo – expresa Emma.
-…la sabes. – haciendo una pausa donde solo se podía oír el ruido de la música. – es…
-¿qué? – dice ella y le toca el rostro mientras el cierra los ojos. Cuando los abrió expresó.
-es amor…
A Emma le temblaban las manos, la respiración de Mark era cada vez más fuerte. Se fueron a una esquina de la habitación donde….
Continuara…
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