HA RESUCITADO

El conejito blanco se sorprendió que ese día en su huerto hubiera tanto movimiento.
Separó las ramas de las plantas y vio que un hombre alto de mirada bondadosa, y doce hombres más se sentaban bajo la sombra de un árbol.
Luego, el hombre alto dirigió una plegaria a su Padre de los cielos, y enseguida les habló de paz y amor.
El conejito blanco oculto entre las plantas . escuchaba admirado las hermosas enseñanzas que el hombre alto les daba a sus amigos.

Varias veces este grupo volvió por su huerto ...

Pero, un día el hombre alto llegó muy triste; les dijo a sus amigos que recordaran que él debía morir para a resucitar al tercer día.

Despues se fue solito a rezar a la plantación de olivos, y ellos en vez de rezar como él se los pidió, se pusieron a dormir.

El conejito blanco que les ecuchó todo se dijo a si mismo:
--“ Si yo soy solo un conejito de este huerto... ¿cómo voy a saber cuándo sea el tercer día?”-
Y un poquito triste se fue a dormir a su cuevita, y ya acostado exclamó:
- “Mi oreja derecha ... primer día.
Mi oreja izquierda ... segundo día.
Mi colita .................... tercer día”...¡Viva, ya lo tengo resuelto!-

Al otro día, el hombre alto, y sus discípulos no vinieron . El conejito se puso triste de verdad, pues significaba que su buen amigo Jesus ya se había muerto.

Al llegar la noche su orejita derecha se movió vertiginosamente ... él muy sorprendido se dijo:
-Si mi orejita derecha, se movió sola, quiere decir que pasó el primer día -.
Y se acostó a dormir en su cama de hojas secas.

Al día siguiente recorrió de arriba abajo todo el huerto por si veía a alguien conocido, pero no se encontró con nadie.
Al llegar la noche ... su orejita izquierda ... ¡comenzó a moverse vertiginosamente!.
y comprendió que había pasado ... ¡el segundo día!
Al acostarse en su cama calientita, se dijo para si:
-Cuando se mueva mi colita: ... ¡ tendrá que ser el tercer día! -

Al otro día se despertó muy temprano, porque su colita se movía y se movía !
¡Había llegado el tercer día!

-Necesito una señal, para saber, si JESÚS, resucitó- exclamó con decición el conejito.

Al tratar de incorporarse, sintió que habían bultitos debajo de su cola; se dio vuelta y se llevó una gran sorpresa al descubrir varios huevitos de chocolate. Muy contento salió saltando de su cuevita para dar a conocer la BUENA NOTICIA.
Como no encontró a nadie, decidió sentarse unos minutos a esperar ... pero de nuevo sintió bultitos debajo de su colita; se dio vuelta a mirar y se encontró con más huevitos de chocolate.

¡Esa, era una verdadera señal ... ¡el hombre alto! ...Su amigo JESÚS ... ¡HABÍA RESUCITADO!

En ese mismo momento escuchó que muchos niños invadían su huerto riendo y cantando Todos ellos al encontrar huevitos de chocolate en su camino se pusieron más contentos todavía.

El conejito escondido entre las plantas les gritó:

-¡JESÚS, ya resucitó ,Jesus ya resucitó! -

Y los niños que comenzaron a encontrar huevitos por todas partes, también gritaron:

-¡JESÚS, HA RESUCITADO!-

¡Y TODOS LOS NIÑOS, Y NOSOTROS TAMBIÉN, ESTAMOS FELICES, PORQUE HOY DOMINGO; EN REALIDAD JESUS HA RESUCITADO!

(Este cuento pertenece a la educadora chilena, Rosalia Barros Ortiz)