Nada espero
ni tus ojos sonrientes
ni tu boca tan amparada
en la mía
sólo me queda esa alegría
taciturna, sigilosa
que sé habita en los rellanos
de los pliegues de mi ser
aún apelo a una memoria furtiva
que quema los últimos papeles vivientes
para tenerte algún segundo
y ser, sólo ser, algo parecido
a la que deseabas
Texto agregado el 08-04-2012, y leído por 380
visitantes. (15 votos)
Lectores Opinan
11-12-2012
Qué bellas letras para expresar un sentir tan profundo.
Un abrazo!! gsap