Tijuana BC. Abril 2012. La Iglesia ve con horror…
El cardenal Norberto Rivera Carrera, aseguro que la violencia que azota a nuestro país, no ha surgido de la nada, sino de la injusticia social, que mantiene en la pobreza a la mitad de la población, y en la corrupción de autoridades inmorales que domina en diversas esferas del gobierno.
En la misa Crismal, ritual que celebra el obispo con todos los presbíteros de la diócesis, es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del Obispo y como signo de la unión estrecha de los presbíteros con él.
En ella se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos.
El Santo Crisma, es decir el óleo perfumado que representa al mismo Espíritu Santo, es dado junto con sus carismas el día del bautizo y de la nuestra y en la ordenación de los diáconos, sacerdotes y obispos.
La palabra crisma proviene de latín: chrisma, que significa unción.
Así se llama ahora al aceite y bálsamo mezclados que el obispo consagra el Jueves Santo para ungir a los nuevos bautizados y signar a los confirmados.
Expresó el cardenal Rivera Carrera, en la misa que revive la fundación del sacerdocio por Jesús el Cristo en la ultima cena, que debido a la actividad de la delincuencia organizada México parece haberse adentrado en el misterio de la iniquidad, en el reino de las tinieblas, y añadió: La Iglesia ve con horror, la perversidad, la corrupción y muerte de tantos inocentes a manos de aquellos criminales que actúan como verdaderos anticristos en un país en donde la maldad parece haber llegado para no irse jamás.
Precisó que la violencia no surgió de la nada, sino que hunde su raíz en el pecado de la injusticia social, que mantiene en la pobreza a la mitad del país, en la corrupción de autoridades inmorales que fueron y siguen siendo cómplices del crimen que debieron combatir.
Tiene su causa en el desmoronamiento de los valores cristianos y morales, en el socavamiento de toda ética en aras de una perniciosa libertad y relativismo, que no es más que libertinaje y egoísmo, y en el hecho de que la sociedad ha perdido su alma y justifica al mal como bien.
Luego dijo que a la ley divina los delincuentes no escaparán aún cuando piensen en su mente pervertida que es posible conciliar la fe con su actividad monstruosamente inmoral y antievangélica.
Durante la misa, en la cual además de la bendición de los santos óleos, se realizó la renovación de las promesas sacerdotales, Rivera Carrera señaló que, hoy más que nunca, obispos y presbíteros: tenemos un reto descomunal: sembrar en nuestra sociedad herida y desgarrada los valores del Evangelio.
El Arzobispo Primado de México, propuso a la feligresía católica, a iniciar una cruzada de reconversión dirigida a pecadores y criminales, para que regresen al camino del Evangelio y a los preceptos cristianos de paz y concordia.
Creo yo, que las palabras del Cardenal, tienen mucho de verdad, su enfoque sin duda es correcto sólo que incompleto e impreciso, porque olvido lanzar también un discurso provocador contra los sacerdotes pederastas, aquellos que confundieron el amor de Jesús el Cristo a l@s niñ@s y les han hecho victimas de sus apetitos carnales.
Igualmente a los altos jefes del clero católico que se afanan en acumular bienes terrenales y cuya ambición difiere de la doctrina del Mesías, que se fundamenta en la humildad y misericordia.
La violencia e inseguridad son las consecuencias lógicas de no combatir las causas.
Pues ni con todos los ejércitos del mundo juntos matando a diestra y siniestra se podrán conseguir resultados favorables porque es un problema de salud pública tratado como si fuera de seguridad nacional.
Se requiere educación, crecimiento económico y empleo, justicia social y no fusiles y bayonetas para tratarlo debidamente.
La perdida de valores tiene muchos padres entre ellos la pésima TV y la falta de educación, componentes que ayudan a sembrar antivalores, al consumismo ilógico, al tener sobre el ser y la dignidad de la persona.
Un sistema de justicia corrupto, un sistema legal que solo analiza las formas, sin intentar darle una escala de valor entre las formas y el fondo.
Un sistema político enfermo corrupto y corruptor.
Un intento de esbozo democrático al que todos se oponen por que nadie quiere ser responsable de sus acciones y responsabilidades.
Una iglesia más directa, más enérgica, que encuentre con la ayuda de Dios los límites entre la tolerancia y la complicidad y si bien, tod@s nos acogemos al perdón por la misericordia de Jesús el Cristo, para las víctimas de la violencia nada lo justifica.
Quizá pudo haber sido un homenaje a la existencia de aquel cuyo sacrificio, se recuerda en estos días en todo el mundo.
Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, donde estoy convencida de que necesitamos una revolución en el seno de cada familia mexicana, donde el bien ocupe un lugar de preferencia sobre los valores económicos.
Andrea Guadalupe.
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