Abecés les temo mucho, hay bastantes a mí alrededor y saltan y se manifiestan, son como lucecillas rojas pasearse por el aire sin que nadie los vea, muchos de ellos ya me conocen, saben que temo y pasan desapercibidos para no molestarme, otros hacen sonar las cosas y no les importa nada. Algunos días en las noches juegan en la casa y se ilusionan con la vida que perdieron, sus cantos se escuchan sin ser removidos por el momento, solo se siente el aire pesado entre el pasar del día. Rezo con mucha fe, para que encuentren el túnel que necesitan, pero aun se sienten, están tan presentes como yo y caminan y caminan, deseo volver a ver a esas figuras descansar en la cruz de la tranquilidad, pero por lo pronto me acompañan y debo aprender a compartir con ellos