Cómo el fin del mundo sonara?
Cómo la lluvia sonara cuando nadie este mirando?
Cómo es vivir sin escucharla?
El silencio es terrible cuando pienso en lo que no fue, pero nada puedo hacer; una fuerza grita desde la tierra, desde el aire, desde el fuego;brama con locura, voces que se mezclan con el agua que lleva la lluvia como hijos de la nada.
Se siente la fuerza de lo desconocido contar un cuento, de los muchos cuentos que se cuentan un canto, que entristecen y alegan por la soledad de los corazones tristes y amargos, por la felicidad sombría que tiene el amanecer y la luz del sol desgañitado.
La luna se oculta bajo la suave tormenta de la noche, pero asoma cuando la luz esta por salir como una burla al caminante; y es así como las piedras mágicas de mis ancestros describen la vieja Tritania hermosa y elegante, oscura por su sangre y culta por sus montañas.
Y es así como esta historia no conlleva a ningún fin y a ningún comienzo, no es necesario saberlo, es como el filo de la espada que duele donde quiera que este dañe, No importa¡¡¡ nunca importara¡¡¡.
La vida, la mía, suena como un concierto de opera, predecible, elegante teórica y sincera sobre la piel de la funesta aristocracia del mas apto. Que en su desdicha sabe que en mis venas solo corre sangre roja, muy roja, tanto como la de los mortales. Es un concierto de psicodelia, profundo como el mar, suave como las cuerdas de la guitarra pero fuertes y locos como sus músicos.
Y así sonara, como Syd: "Y ¿qué es exactamente un sueño? Y ¿qué es exactamente un chiste?". Y quién vendrá, quién se irá, quién llorará y quién podrá decirlo? "Divagando y soñando las palabras tienen diferente significado. Sí, lo tienen.".
Horrible verdad sin sentido, para qué soñar si al despertar todo seguirá igual y la vida misma estrellara una manotada de heces al rostro. Eso no suena, o si?, tantas veces sin descubrirlo.
Solo queda el dulce sonido que produce las campanas de la mente cuando el aire parpadea y deja respirar al corazón, ese mismo que se esconde tras las piedras de mi vieja Sikelia. Tras los triunfos fríos y secos que provienen de haya y de por aquí mismo. Como cantos de ballena que mas parecen gritos, siempre parecen lo mismo.
Cayendo hay que subir, como la lluvia en la peor tormenta; el ciclo de la vida y de la muerte tan perfectos como el maldito destino.
El fin del mundo no suena.
La lluvia siempre suena.
Sino se escucha no hay sentido, y si no hay sentido no hay vida.
Pero OJO¡¡¡ SE ESCUCHA CON EL OÍDO DEL ALMA.
|