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Inicio / Cuenteros Locales / stefannya / en serio te quiero parte 3

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Cuando desperté después de esos horribles sucesos todos ellos me rodeaban, Emili me dio un fuerte abrazo al ver que abrí los ojos. Gabriel me llevo algo de comida a la cama y se sentó a un lado mío.

-idiota, hubieses empezado diciéndome que eras inmortal antes de hacerme preocupar así por ti- dijo

-yo no lo sabia- le dije
-es increíble que no lo sepas en todos estos años de tu vida- dijo
-en serio no lo sabia, lo lamento si te hice preocupar- dije

Cuando termino de hablarme tomo su celular y me empezó a llamar, en el momento en que sonó mi celular el señor Fernando me empezó a mirar, yo me levante rápidamente de la cama, tome el celular y fui a un lugar donde estuviera sola para hablar con el.

-hola amor ¿como has estado?- dijo Gabriel
-he tratado de pasarla bien- le dije

Y nuevamente nos quedamos conversando y conversando, pero esta llamada era diferente a la de hace poco, Gabriel me había dado unos tiquetes para viajar a Manhattan mientras el regresaba y ahora había decidido volver a Manhattan el día siguiente, ahora si estaba metida en grandes líos, ya no habría forma de mantener a Dick y a tifa en una sola parte, ¿Qué iba hacer?

Les comente mi problema a Ricky y Emili, y esta vez no podían ayudarme, no contaba con eso y ahora me sentía aun mas perdida.

Un día después…

-hola tifa-
-hola Gabriel, ¿Cómo has estado?, ¿Qué tal te fue en el viaje?-
-muy bien, aunque no tanto sin ti-

Hay dios ahora estábamos en el mismo hotel y en la misma habitación, ¿que iba hacer?

-y ahora ¿Dónde esta Dick?-
-aquí- conteste, después de haberme perdido un rato
-¿Dónde rayos andas metido?, ya casi ni te veo, ¿pasa algo?- me pregunto Gabriel

-no solo estaba tomando aire- le dije

Ahora planeaba un almuerzo, perfecto, y sobre todo para presentarme a Dick, ¡rayos! ¿Qué voy a hacer?

Fueron tres angustiantes días en los que por un solo movimiento en falso toda esta mentira de Dick se desvanecería, mi pregunta era ¿Cómo reaccionaria Gabriel si se enterara? El hecho de solo pensarlo me hacia ir mas lejos.

Era un domingo en la mañana, Gabriel se había ido a una fiesta y después me recogería para ir a otra fiesta privada, con todos sus amigos, era el momento perfecto para ducharme y darme un tiempo de relajación, dedicarme a mi un rato era algo que hace mucho no hacia, nunca pensé que Gabriel llegaría mas antes de lo que esperaba así que me relaje tanto que deje las cosas del disfraz por hay en la habitación. Hoy que alguien tocaba la puerta, no esperaba que fuera Gabriel así que tome una toalla y me envolví en ella para abrir.

-¿Gabriel? Pero… llegaste temprano-
-no me esperabas, o si lo hacías- dijo

Yo lo deje pasar como si nada por que había olvidado el disfraz, cuando de repente:

-tifa, me puedes explicar ¿Qué significa esta ropa que no es mía tirada aquí? Y no me vallas a decir que es de tus hermanos por que ellos no están aquí- dijo muy enfadado

No le conteste por que sabia que no me creería, el tomo la ropa y empezó a mirarla detalladamente, yo me senté mientras el miraba la ropa (esto se estaba poniendo caliente)

Jamás había visto a ese hombre tan enojado como en ese momento, después de un tiempo de investigar la prenda de vestir que llevaba en sus manos dijo:
-¡por fin!, ya he reconocido la prenda, ese desgraciado me las va a pagar, ¿Cómo pudo?, yo que le había tratado como a un hermano para que me pagara de esta manera, acostándose con mi mujer-

Tiro el traje al suelo y se me acerco, me tomo del brazo y empezó a gritar como un loco.

-¿Dónde esta ese desgraciado? Dímelo tú-

Yo permanecía callada por que sabía la verdad y no recolectaba el valor para hablar.

-¿te quedas callada? Eso significa que si esta aquí, ¿no es cierto?- gritaba como loco Gabriel y ya me estaba haciendo enojar
De tanto buscar y no encontrar nada se sentó a dialogar conmigo.

-¿Por qué estas tan callada? Dime algo- decía con mis manos sobre las suyas.

-ya se lo que pasa, tu nunca me traicionarías, ese desgraciado entro aquí para abusar de ti ¿cierto?-

Como decía, yo no tenía el valor para decir la verdad, pero esta vez la mentira estaba pasando el límite.

-ahora tengo otro motivo para darle una paliza a ese idiota, te juro que no se te va acercar y ni siquiera podrá verte- dijo mientras se colocaba una chaqueta para salir.

No lo soporte mas y muy decidida le dije la verdad. Lo tome del brazo y le dije:

-Gabriel, el no me violo ni tampoco se acostó conmigo, Dick siempre he sido yo-

En ese momento sentía como si un auto me atropellara, sonara el claxon y todo el mundo se alarmaba.

-¿Qué?- dijo – ósea que todo este tiempo has estado a mi lado-

(No pensé que ibas a reaccionar así)

-pues, nunca dejaría de estar con tigo- decía sonriendo tímidamente

El me miraba con una gran sonrisa en su rostro, yo estaba confundida, tenía tanto miedo de que no reaccionara así, es más tenia miedo de que la reacción fuera mas baja. Después de tantas miradas el tiro de mi brazo hasta que quedamos muy juntos, luego me beso.

(Bueno, al fin y al cabo todo esto termino bien)

Me arregle para salir a la fiesta la cual habíamos sido invitados, cuando salíamos de nuestro cuarto vimos Ricky y Emili estaban detrás de la puerta escuchándonos, estaba tan feliz de el resultado que no me enfade por eso.
Cuando llegamos a la fiesta se encontraban mis hermanos en la puerta de la entrada, los salude con mucho amor y alegría, una vez adentro nos topamos con muchos de nuestros amigos mas íntimos entre ellos Ricky y Emili, la pasamos tan bien.

No se por que pero esta fiesta se sentía como si fuera hecha para nosotros dos.

Bailamos y bebimos licor, hablábamos de la vida, Ricky y Emili los divertían con chistes, entre las charlas Gabriel me susurro al oído – ya vuelvo- y se fue con Claire a una habitación.

Ricky y Emili se sentaron a mi lado y empezaron a hablarme, no les puse mucha atención, veía cuando iban a salir esos dos de esa habitación.
-¡oye tifa!, nos estas poniendo atención- me dijo Ricky mirándome a los ojos.

-lo siento Ricky, es que mi mente esta en otra parte, les pido disculpas por mi mala atención- le dije

En el mismo instante que termine de hablar con el, Gabriel salio de la habitación con una cajita negra en sus manos, después, de la habitación salio Claire, lo tomo del brazo y empezó a señalarme diciéndole algo, supe de inmediato que hablaban sobre mi, luego los dos empezaron a mirarme.

Ya me sentía incomoda así que me serví un vodka y me retire del lugar. Me entretuve un rato con los muchachos, que bonito bailaban.

Quise mirar que hacían los chicos ahora y a mi lado estaba Gabriel de espaldas.

-¿Por qué? No tengo el valor de decirle- se quejaba

-¿decir que?- le pregunte

El se volteo y me miro, se enrojeció tanto que creí que se iba a desmayar.
Pensé que si dejaba de verlo se le pasaría así que empecé a mirar a Claire, el se tapaba la cara como si estuviera decepcionado.

-¡tifa!- dijo Gabriel- yo desde hace mucho he querido decirte que siempre que paso el día contigo me causa dolor separarme de ti, solo quería saber si quisieras estar conmigo en una casa con una argolla en tus manos, los dos unidos por un lazo matrimonial-

-tifa tu ¿quisieras casarte conmigo?- me pregunto sacando de la cajita negra un hermoso anillo de diamantes.

Ahora la enrojecida era yo, no podía hablar, quería decir que si pero solo balbuceaba.

La cara de sorpresa y los gritos de Gabriel fue lo último que pude percibir.

Cuando desperté me encontré en un sofá, mis hermanos junto con Gabriel y mis amigos estaban a mí alrededor, al verme despierta se alegraron, luego todos empezaron a mirarme.

Gabriel tomo la cajita negra y dijo:

-te volveré a decir, espero no te vallas a desmayar otra vez, ahora tifa, cásate conmigo-

Se arrodillo y abrió la cajita negra mientras bajaba la cabeza, ¡que lindo!, ¡que tierno!, ¡lo amo!

Tome el hermoso anillo, el me lo ayudo a poner, todos los allí presentes nos miraban y no podían creer lo que veían. (Bueno así fue)

Abril 1968

-¿estas lista?-

-no, aun no lo estoy ¿Cuál es la prisa Claire?-

-tú deberías estar ya en la iglesia, al fin y al cabo tú eres la novia-

-¡si!, ¡si!, ¡si!, ya estoy lista, ahora hermanos ¡vámonos!-

Afuera se encontraba esperándonos una limosina color blanco que nos llevaría a la iglesia.

Una vez allí me recibieron con música y un ramo de flores blancas, después llego Gabriel, luego mis hermanos me entregaron a el para unirnos en sagrado matrimonio con las bendiciones de el padre y un “acepto” nuestro.

Al final los dos terminamos viviendo en una enorme casa como siempre habíamos soñado, todos los días visitamos a mis hermanos, ha, y lo mas importante, ya termine de estudiar diseño y me volví una exitosa diseñadora, soy muy famosa y tanta fama me enferma.

“ahora vivo mi vida con el hombre que hace que cada día me enamore mas de el”

-¿en serio te enamoras más de mí cada día?-

-si, es cierto, esta escrito en mi diario-


Texto agregado el 02-04-2012, y leído por 64 visitantes. (0 votos)


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