Han pasado muchos años desde que una mujer fue elegida Diputada en España sin poder ejercer el derecho a votar. Entonces decían que la mujer estaba al cobijo de la iglesia y era fácil de manipular. Hoy dicen que “la libertad de la maternidad hace a las mujeres auténticas mujeres”. Señores, se confundieron en el primer caso y por supuesto se confunden en el segundo.
La mujer es mujer cuando física y psíquicamente así se siente. Es persona, bien como sujeto de derecho, bien como accidente gramatical, bien como individuo de la especia humana.
La maternidad es cuestión de querer traer al mundo a un ser con el fin que cada cual se proponga. Y esto debería ser decisión exclusiva de la mujer por una sencilla razón: porque a los hombres jamás se les reconoció la condición o calidad de madre ni la libertad de maternidad.

Se confunden los que piensan que la mujer ha nacido para ser mujer y el hombre para cuidar de ella, para alimentarla, para preñarla, para protegerla, para ignorarla, para dirigirla… Se confunde.

Se confunden los que quieren dar libertad de maternidad a la mujer cortando el cordón umbilical de su derecho a no ser madre. Se confunde.

Todo cuento tiene su filosofía, pero no se puede hacer filosofía de una narración ficticia contada por un cuentista (que cuenta mentiras o inventa narraciones).
Que no nos cuenten este cuento...