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La otra.

-¿me puedo sentar? – dice ella muy desolada.
-si, por supuesto, ¿nos conocemos? – dice él.
-no, no nos conocemos, he visto su programa – dice ella.
-¿mi programa? – dice él.
-sí, ¿usted no es Alberto cruz, el productor del programa, tu vida, mi vida?
-bueno, sí pero en realidad, nadie habla de mí, solo hablan del guapo que tenemos como conductor.
-si… - dice ella muy tímida.
-y bien, dígame – dice él.
Alberto es un productor que tiene un programa local muy famoso, todos hablan de él. Por los buenos casos que presenta, pero todavía más hablan del guapo conductor del programa.
Alberto vio muy mal a la mujer, le Ivito un café, tomó su libreta y comenzó a escribir.
Escribió todo, detalle a detalle, no dejó ir nada. La mujer empezó su relato.
Hace 15 años que me casé, conocí a mi esposo en la secundaria, él siempre fue un joven muy responsable, en realidad yo pasé matemáticas gracias a que el me pasaba la tarea, salíamos al parque, siempre fuimos buenos amigos hasta que llegamos a la preparatoria donde iniciamos una relación, relación que llegó muy lejos. Nos casamos en una iglesia cerca de mi casa, la mayor parte de mi familia asistió, era el mejor día de toda mi vida, yo era la mujer más feliz de toda la tierra, mi esposo, el hombre más feliz de toda la tierra. Era lo mejor, tuvimos nuestra luna de miel, en una playa, ¡fue maravilloso!, al regresar, continuamos con nuestra vida normal y a los pocos meses de casados quede embarazada, estaba feliz, cuando le di la noticia a él lo primero que hiso fue derramar unas lágrimas, y me dijo que lo había hecho el hombre más feliz, en todo momento el me consintió, mi vientre creció, me veía al espejo y no podía creer que dentro de mi estaba creciendo un cachito de nuestro amor. Pero un día por la tarde me sentí mal, para ese entonces yo ya no trabajaba, le hable a mi esposo, y me alcanzó en el hospital, mi mamá y mi hermana me acompañaron al hospital, cuando mi esposo entró a la habitación, traía una cara de preocupación, mi hermana y mi mamá, estaban en la sala de espera, mi esposo en todo momento estuvo conmigo y me dijo que habíamos perdido a nuestro bebe, sentía que mi mundo se terminaba, que ya no valía de nada la vida.
Salimos del hospital, al llegar a casa mi papá se tuvo que ir a vivir al extranjero y se llevó a mi familia, me quedé sola con mi esposo, fue terrible, nunca fui amiguera así que esta etapa la viví sola, las cosas en casa seguían igual, caí en depresión, mi espeso era cariñoso me quería tocar pero lo rechazaba, un día hable con mi mamá y me reanimó por completo, que ese día cuando llegó mi esposo tuvimos relaciones sexuales de las cuales quede embarazada, pero las cosas no cambiaron del todo, en lugar de estar feliz por mi embarazo, siempre trate mal a mi esposo, perdí mi trabajo, porque le gritaba mucho al personal de la oficina, me quedaba sola en casa todo el día, perdí por completo el contacto con mi familia, me sentía muy sola, así que le empecé a hablarle a mi esposo, todo el día para saber que estaba haciendo y saber con quién estaba, siempre fue muy amable llagaba a casa cansado y siempre le reclamaba, ¿Qué? La verdad es que ya ni me acuerdo, mi bebe nació, tuvimos un niño, pero las cosas empeoraron entre los dos, siempre fui muy grosera con él, lo insultaba o humillaba, un día le hice un escándalo en su oficina porque un día tomé a mi bebe y nos fuimos a un centro comercial donde saturé dos tarjeta de crédito, y lo llamaron para decirle que se había pasado del límite de crédito, y que tenía que pagar su deuda, me lo reclamó en casa, pero cuando intenté hacer más compras él ya me había cancelado todas mis tarjetas de crédito no tenía nada, y le armé un escándalo en su oficina de donde lo corrieron por mi culpa.
Un día me levante y el ya no estaba se había ido a trabajar, bueno eso era lo que parecía, porque ya no regresó. Lo busqué por todos lados hasta que un día tuve noticias de él, nos vimos en un parque, donde él pudo ver al niño, mi esposo se veía realmente guapo, ya tenía un nuevo trabajo, estuvo un rato con el niño, antes de irse me entregó unos papeles que era los tramites del divorcio.
Siempre me negué a darle el divorcio, por malos consejos de mis abogados dije que durante nuestro matrimonio hubo golpes. Le llegó la demanda, un día al salir de una junta donde lo nombrarían jefe de área, los policías lo detuvieron y se lo llevaron, obviamente perdió su empleo, lo llevaron a los separos en la delegación.
Cuando llegue a la delegación y entré a verlo, me quería morir, él estaba todo golpeado, su cara estaba hinchada con sangre, su ojo cerrado, su camisa estaba toda rota, el amor de mi vida estaba golpeado brutalmente por el abuso de autoridad.
Mi esposo me pidió que me retirara, y lo hice. Ese mismo día retire le demanda, a los pocos meses me llegó de nuevo la demanda de divorcio, el cual me tarde en firmar casi un año. Nunca dejó de darme pensión alimenticia, se llevaba al niño el fin de semana, hasta que un día me entere que estaba teniendo una relación con un mujer, nunca tuve quejas de ella con respecto a mi hijo, es más vi que ella no salía con ellos para evitarle un problema a él.
Empecé a trabajar en mi casa, haciendo manualidades para un salón de fiestas, cuando un día por la tarde, por debajo de la puerta se vio que alguien había hachado una carta, la tome, y decía:

“señora:
Ante todo espero que se encuentre bien, solo le escribo esta cara para decirle:
Gracias, gracias por los reclamos, por los rechazos en verdad, si no hubiera pasado nada de eso yo no hubiera conocida al que hoy es el amor de mi vida, ese hombre al que usted siempre le negó el amor, el cariño, el que siempre dio lo mejor de sí, gracias a su desprecio, hoy me siento la mujer más afortunada de todas, conocí a un hombre noble, un hombre que está dispuesto a dar la vida por sus semejantes, un hombre inteligente, lleno de ganas de vivir.
Me doy cuenta de que usted no supo valorar lo que tenía a su lado. Que el día de hoy ya perdió, pero no se preocupe que siempre estaré para darle lo que usted siempre le negó. ”
Atentamente:
La otra.
Cuando leí la carta fui por los papeles y los firmé, el sábado le tocaba ver al niño, cuando regresaron el domingo, en la entrada de mi casa le di los papeles, ya firmados. Soltó una lagrima, lo cual me recordó de cuando le dije que estaba embarazada por primera vez, esa cara de felicidad ante una gran noticia. Bajó los escalones, abrió la puerta de su coche y se fue.
Sigo pensando en él, sigo enamorada del el, sé que ya se casó con ella, y que esperan un bebe, me estoy manteniendo lejos de él, solo veo que mi hijo se sube al carro y no salgo, lo despido adentro de la casa.
-tranquila… ¿quiere otro café? – dice él.
-sí, por favor. – dice ella, llorando.
-¡mesero! Puede traerme otro café. – dice él.
-claro que sí, me dicen que tiene que ir a mover su carro. – dice el maestro.
-claro, me espera, voy a mover mi carro regreso.
-claro. – dice ella.
Cuando regresó Alberto ella ya no estaba, nunca dijo su nombre, ni el de su esposo, y mucho menos el de su hijo y el de “la otra.”
A los pocos días Alberto llego con el escritor, y se realizó la historia se grabó y se pasó por televisión, nunca más Alberto supo de aquella mujer, pero suponía que en el mundo había muchas historias así. Cuando “la otra” también puedes ser tú.


Texto agregado el 29-03-2012, y leído por 285 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
29-03-2012 La pérdida de un niño muy esperado puede llevar a cambios de conducta tremendos, como el de la mujer de la historia. En tales casos hace falta un psicólogo, o consejero matrimonial o espirital. ¡Bun relato! Mis 5. simasima
29-03-2012 Buen relato. Me gusto; nos muestra hasta que punto no valoramos lo que tenemos. Felicitaciones primomarcopolo
 
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