ASERTIVO; EMPODERADO
(Sugonal)
De cuando en cuando circulan en nuestro medio algunas frases que llevan palabras que tengo la impresión pocas personas entienden su significado.
Hace poco me llegó el ejemplar Nº 49 de la Revista Metrogas, correspondiente al período Marzo-Abril 2012. Me llamó la atención, primero por su tiraje nada despreciable (379.920 ejemplares) y luego por un artículo titulado “Empoderados: la vida bajo control” en la Sección Vida Familiar de la Revista, donde aparecen las dos palabras que dan origen a este ensayo.
Busqué “asertivo” con Google, en la Enciclopedia Libre de Wikipedia y encontré lo siguiente:
“….La palabra asertivo, de aserto, proviene del latín assertus y quiere decir "afirmación de la certeza de una cosa". De ahí se puede deducir que una persona asertiva es aquella que afirma con certeza. La asertividad es un modelo de relación interpersonal que consiste en conocer los propios derechos y defenderlos, respetando a los demás; tiene como premisa fundamental que toda persona posee derechos básicos…”
“…Como estrategia y estilo de comunicación, la asertividad se diferencia y se sitúa en un punto intermedio entre otras dos conductas polares: la agresividad y la pasividad (o no asertividad). Suele definirse como un comportamiento comunicacional maduro en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos. Cabe mencionar que la asertividad es una conducta de las personas, un comportamiento. Es, también, una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia…”
Estos conceptos extraídos de Wikipedia me hicieron recordar un libro escrito por Nureya Abarca, psicóloga de la Universidad de Chile y Doctor en Psicología, titulado “La necesidad de una nueva forma de liderazgo”. En el Capítulo III, página 135, escribe sobre agresividad y asertividad:
“…Todas las personas tienen el derecho a expresar sus pensamientos, sentimientos, opiniones y preferencias y a esperar que los demás los traten con respeto. En las situaciones de estrés y rabia las personas pueden elegir comportarse en forma no asertiva, agresiva o asertiva. Una persona se comporta en forma no asertiva si se queda callada en respuesta a la provocación, guardándose sus sentimientos, escondiéndolos de otros y quizás de sí misma. Este comportamiento en general es poco honesto e implica dejarse pasar a llevar, violando los propios derechos, respeto y dignidad. El comportamiento agresivo es un intento de herir a otro o destruir algo. Pasa por encima del derecho del otro e implica expresar sentimientos indirectamente a través de insultos, sarcasmos, etiquetas y acciones. El comportamiento asertivo contempla la descripción de sentimientos, pensamientos, opiniones y preferencias directamente a la otra persona, en forma honesta y adecuada, mostrando respeto tanto por el otro como por uno mismo. A la persona le permite actuar a favor de sus mejores intereses, defenderse sin ansiedad, expresando honesta y cómodamente sus sentimientos y ejercer sus derechos sin negárselo a los demás…”
El artículo en la Revista Metrogas sobre “Empoderamiento”, nace de las expresiones entregadas a la Revista Metrogas por Clara Olivares, Maestra del Sistema de Resonance Reppatterning, ó Transformación de Patrones de Resonancia, el cual propende a la transformación personal, la autosanación, y que a continuación reproduzco por la relevancia que tiene:
“Ser, hacer y decidir por sí mismo es estar empoderado. Para lograrlo es necesario tener claro qué queremos y enfocarse en ese objetivo, que puede ser desde transformar la actitud frente a la vida, hasta cambiar de profesión.”
“Fuerza, energía y carácter es el reflejo que proyecta una persona cuando está empoderada. Pero ¿qué significa exactamente el estado de empoderamiento? Precisamente el punto en que los seres humanos son dueños de sus decisiones. Quienes lo logran reconociendo sus defectos, debilidades, cualidades y virtudes, toman el control de sus vidas y dirigen sus pasos por el camino que los lleva a alcanzar sus metas.”
Sin embargo, aunque fácil de entender en su definición, estar “en-poder” no es tan sencillo. Clara Olivares, indica que facilita la transformación personal, la autosanación y la realización y señala que ésto se explica porque generalmente cuesta tomar decisiones. “Sucede porque no siempre escuchamos lo que nuestro corazón y organismo nos dicen a través de las emociones y síntomas que experimentamos. Pero si logramos interpretarnos a nosotros mismos, para definir qué queremos, empoderarnos para alcanzarlo es cosa de tomar la opción y ya”.
Poder en el pensamiento.
Preguntarse a uno mismo ¿qué quiero? es el punto de partida. Y la respuesta es amplia cuando se refiere a la vida en general, como “¡quiero ser feliz de una vez!”, pero también puede ser particular y específica, por ejemplo, “¡necesito cambiar de trabajo!” Lo primero es reconocer qué buscamos; después crear un plan de acción para alcanzarlo o, en otras palabras, trazar el camino para lograrlo.
La claridad de ese pensamiento –sea cual sea- permite restaurar nuevamente la sensación de control, porque a partir del reconocimiento que algo tenemos que cambiar, o que definitivamente fuimos conscientes de un deseo que queremos hacer realidad, nos llenamos de fuerza y energía. “Si una persona es capaz de ver que algo bloquea su felicidad o siente que su trabajo es improductivo, no le produce bienestar y está dispuesta a hacer cosas para cambiar eso; está lista para empoderarse. Es como sacarse una venda de los ojos, o enderezar una manguera torcida; porque luego de eso llega la luz y fluye el agua naturalmente. Esto es restaurar el poder que cada uno tiene sobre sí mismo.
Así se genera un clima interior, a nivel orgánico y mental, muy favorable. En opinión de Clara Olivares, “al estar empoderados la energía fluye de manera armoniosa y otorga bienestar. Incluso señala que alguien podría reconocer su nivel de empoderamiento por su sensación corporal. Si una persona se siente cómoda, plena y su respiración es regular, significa que está empoderada. Al contrario, si permanentemente está decaída, ansiosa y agotada, quiere decir que no está actuando desde su pleno poder”.
Irradiar empoderamiento
El empoderamiento se hace evidente en las personas a través de las actitudes. Sus palabras, el tono de voz, sus acciones y el sentimiento que transmiten otorgan bienestar a quienes están cerca. Transmiten su poder interior incluso si están atravesando una situación difícil, porque, como afirma la especialista, estar empoderado no sólo significa estar pleno, realizado y feliz; también se alcanza el estado de empoderamiento cuando, en plena crisis, una persona decide hacer algo frente a las circunstancias, reinventándose y volviendo a empezar. “Incluso ahí, en medio de un gran conflicto, quien está empoderado logra traspasar su sentimiento de poder a otros, beneficiándolos con su sintonía y cercanía. Todo lo que se transmite cuando una persona está en ese orden, crea distensión, ordenamiento y claridad alrededor de ella”.
Al contrario, las personas que no están empoderadas permanentemente experimentan estado de tensión, agotamiento, incomodidad, contracción física y emocional. Y lo reflejan al exterior en gran medida. Para cambiar este estado y pasarse al de poder sobre sí mismo, hay muchas cosas que se puede hacer en el mundo interno y externo. Estímulos físicos negativos –como el desorden o la música estresante- pueden ser muy contraproducentes; por lo tanto, es recomendable comenzar por cambiar esas pequeñas cosas; detalles muchas veces imperceptibles, que restan energía valiosa. A juicio de Clara Olivares, hay que partir rodeándose de todo aquello que proporcione bienestar.
Luego, es necesario conectarse consigo mismo y descubrir qué hechos o situaciones provocan tensión e infelicidad.
El primer paso para empoderarse es tomar la decisión de hacerlo. El segundo, estar conscientes que en el camino tendremos que transformar las creencias negativas que nos impiden manifestar nuestra esencia, relacionarnos desde el corazón y ser asertivos en nuestras acciones.
El Resonance Repatterning, un sistema basado en los conceptos de la física moderna, la psicología y las tradiciones ancestrales de sanación, permiten identificar qué detiene a una persona, si es una desorientación, si lo que falta es elaborar una intención, o si lo que debe hacer es enfrentar un problema y revisar qué patrón repite y le impide lograr el empoderamiento.
Las razones tras la falta de empoderamiento están llenas de lógica. “Nuestros sentimientos negativos, las necesidades no satisfechas, las creencias limitantes, enraizadas en experiencia tempranas en las que no se satisficieron nuestras necesidades vitales, bloquean el flujo de la energía de las personas en el presente, y cancelan inconscientemente las frecuencias que favorecen la vida y de lo que las personas desean para sus vidas”, explica la experta de Transformación de Patones de Resonancia en Chile.
¿Qué hacer para lograrlo?
Reconocer cuando tenemos un problema. Para empoderarse es necesario tener claro que lo que nos ocurre y afecta; tiene que ver con nosotros, y que está en nuestras manos cambiarlo. No lo lograremos si atribuimos todo lo malo que nos pasa a circunstancias externas o a otras personas.
Tener una visión e intención claras. La ausencia de un proyecto de vida bien definido provoca en las personas la sensación de poco control respecto al presente y futuro. En cambio, cuando establecen cómo quieren que sea su vida en los próximos años, sus intenciones se alinean con ese objetivo. Una buena pregunta que podemos hacernos es ¿qué le da sentido a nuestra vida y nos llena de confianza y alegría? Luego, las intenciones deberán esta alineadas con esa visión.
Identificar patrones de conducta negativos. Un claro obstáculo al empoderamiento es la repetición de patrones alojados en el inconsciente, que nos impide responder de una manera coherente, aunque queramos. Pueden estar relacionados con vivencias personales anteriores o historias familiares, e impiden enfrentar una situación de una manera distinta, aunque la persona quiera hacerlo.
Pasar de las palabras a la acción.
Comprometiéndose consigo mismo. Otro factor que impide empoderarse es la falta de acción y concreción. Ocurre cuando alguien –a pesar de tener claro qué quiere- no se moviliza para lograrlo. Es el caso de quienes viven pensando en sus sueños e ideas, con la frustración enorme de no poder plasmarlos, casi siempre por temor al fracaso o a la poca confianza en sí mismo.
Escucharse a sí mismo es el primer paso en el camino a empoderarse. Significa estar en constante conexión con nuestro interior para reconocer si vamos en la dirección correcta, porque el mejor resonador y lector de lo que ocurre es la sensación interna, que se hace patente en la corporalidad. Si es de incomodidad, dolor o tensión, quieren decir que algo no está bien.
La capacidad de escucharse existe de manera innata en las personas, y se desarrolla con el tiempo. Póngala en práctica con este simple ejercicio:
1. Siéntese o recuéstese y cierre los ojos por unos segundos.
2. Tome conciencia de su respiración y chequéela. Si esta agitada, inspire profundamente y exhale de manera lenta, hasta equilibrarla.
3. Revise su temperatura corporal y sus músculos. A lo largo y ancho de su cuerpo, hasta que logre identificar si se siente intranquilo o relajado.
Pensar y hablar en positivo.
En Chile estamos perfectamente conscientes de lo que no queremos, mientras que lo que deseamos no siempre lo expresamos con claridad. Estar empoderado requiere hacer una modificación de las palabras. Cambiar frases como “quiero sentirme menos tenso”, por “quiero estar relajado”, o “no quiero sentirme triste”, por “quiero estar alegre”.
Enfocarse en proyecciones positivas. Las proyecciones negativas como “no lo voy a lograr”, “me van a dejar de querer si…”, pueden frenar la materialización de las intenciones.
Convencerse que el empoderamiento es una opción. El cambio es posible cuando se logra plena conciencia que esa opción pasa sólo por una decisión interna. En la medida que las personas se alinean con su visión, transitan por el camino de la realidad que quieren vivir.
Así como los valores más importantes y sentimientos fundamentales como el amor se transmiten a los hijos, el empoderamiento también. Por lo tanto, el primer paso para que los hijos tengan control y poder sobre sí mismos, es que sus padres lo logren primero. Un padre o una madre en constante caos difícilmente podrá traspasar la importancia de estar empoderados a su familia –aunque quieran- porque así como “estar en poder” se traspasa, fácilmente se entra en sintonía con el “no poder”.
El ejemplo es vital. Papá y mamá deben esforzarse por ser un modelo de bienestar para sus hijos, porque sólo por el hecho de estar y permanecer a su lado les están entregando herramientas para empoderase. Junto con esto, es necesario:
Hablarles y escucharlos con honestidad, atención amorosa y respeto. Eso los orienta y les permite tomar verdadera conciencia de su vida y su entorno.
Enseñarles a expresar lo que quieren, y no lo que no quieren. Así podrán ir claramente tras su objetivo, porque el primer paso es verbalizarlo y dejarlo explícito.
Ayudarlos a decir lo que sienten, dándoles el espacio para sacar su rabia cuando lo necesiten, tratando de entender cuál es la necesidad que hay bajo su enojo y guiándolos para encauzar sus sentimientos de amor hacia si mismo y hacia los demás.
Hacerlos conscientes de sus virtudes también les permite empoderarse. Así valoran sus capacidades y las desarrollan en espacios de mayor confianza. Igualmente deben tener claras sus limitaciones y, con ayuda de sus padres, trabajar para superarlas.
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