Cuando hacemos el amor.

Mientras las noches se enmudecen
por la ausencia de tú cuerpo,
basta solo un suspiro
para que vuelvas a mi lado
y me acaricies mientras duermo,
y te pienso.

Basta con la melodía
de una canción
que se repite en mis oídos,
en forma de suspiro
en donde el coro me dice
“te amo mucho”
en un tono delicado y dulce,
como es el roce de nuestros cuerpos
cuando hacemos el amor.

Mientras el recuerdo me dice
que te hecha de menos,
ante la mirada fija
que me prolongas antes de darme un beso,
como si pensaras,
no te irás de mi lado,
yo te respondo con una delicada caricia
en tu mejilla,
No te preocupes amor mío,
este amor es algo especial,
que no cesara ni aunque un tornada me lleve,
ya que lo que siento
lo tengo bajo nueve llaves,
que solo la abres tú
cada vez que nos tenemos.

Mientras pasa la noche,
mi pecho suspira
ante cada caricia tuya,
y se excita ante un toque tenue
de tú parte,
logrando que mi cuerpo
ceda ante tu sensualidad y amor,
lo que permite
llevarnos a un mundo que ambos compartimos
en donde solo esta permitida
nuestro himno de amor,
en señal de un beso profundo,
que nos lleva a la entrega eterna de lo que sentimos.