La noche del 25 de agosto 19… fue descubierto el terrible secreto de la última casa a la derecha.

5 días antes.
Alfonso rey saltó la derruida verja. Desde al densa oscuridad apenas podía vislumbrar la puerta de la casa. No le costó mucho forzarla, el tiempo húmedo casi había pulverizado a los maderos que la componían.
Un olor rancio, insoportable, le inundó la garganta dándole la bienvenida.
Los muebles parecían monstruos agazapados, listos para devorarlo.
Alfonso conocía la casa; la había construido en los límites fantasmagóricos de sueños alcohólicos. En el sueño, el recibidor de la casa serpenteaba hasta morir en la alabastrina escalera, pero la realidad a la cual se enfrentaba, distaba mucho de la pesadilla.
Ya en el ápice de la escalera, dirigió su mirada tras su espaldad y no se sorprendió de ver como vertiginoso, como en una licuadora caprichosa, los elementos del comedor, digamos mejor, las simetrías de la casa se desarrollaban desenfrenadas, formando un mensaje críptico, sólo accesible a una mente afiebrada como la de Alfonso.

Fatigoso orilló los límites. El espejo solo deformaba mas lo deforme. Su conciencia inútilmente trataba de aferrarse en las asperezas mentales que proponían las pesadillas...Los sueños. Desmentida ya la realidad, desvirgada ferozmente por la audacia certera de la locura comprendió que su mente, no hacia mas que sumergirse en las negras y grises profundidades de la solead y la locura.

En la pared el cuadro se balanceaba como una uña negra apunto de caer de un pie.
Alfonso contempló las imágenes. Las manos rugosas apretaban. Los ojos diminutos inyectados de sangre. Imaginó el grito, el frió sudor del terror corriendo por la carne débil…diminuta.



La noche del 25 de agosto 19… fue descubierto el terrible secreto de la última casa a la derecha.
El pequeño cuerpo del niño fue encontrado en el primer piso de la casa; según los
Médicos forenses había sido estrangulado.

En la pared el cuadro se balancea…Alfonso reyes ya te contempla lector.