Agazapado, cubriendo sus rodillas con los brazos, mientras su mano izquierda agarra con fuerza su muñeca derecha,
Una lágrima recorre su mejilla, lentamente, sin pausa. En ella se condensa una vida que ha desaparecido de su memoria y se desliza al paso de tiempo a través de su cara, sorteando las arrugas que dan sentido a las alegrías y sufrimientos que se acumularon sin cesar… por un breve instante la lágrima se condensa en la comisura de sus labios, sin dudar un segundo, suavemente desliza su lengua y la une con el salado néctar de sus recuerdos, en un inútil intento para combatir el olvido absoluto,
Pero…
Él ya no está, puede reconocerse levemente si se mira en un espejo, pero él ya no está, no existe tal y como recordaba o mejor dicho mientras se recordaba, algo no va bien dentro de su cabeza, voces sin sentido se apoderaron de su mente sin que nada pudiera hacer. Ahora se encuentra envuelto en un mar de locura, arrinconado, resistiendo una marejada salvaje con lo poco que queda entero dentro de su cabeza. Mareado, por el irresistible oleaje de miradas que le enjuician con la mayor indeferencia, sin apreciar que debajo de su piel, debajo de sus músculos y escondido entre sus huesos, un corazón late… igual que el de ellos…
Desesperación, miedo, debilidad siente al entreabrir los ojos y ver mil dragones volando sobre su cabeza, culpándole de todo lo que hizo y no hizo.
Imagines que le sacuden el alma en forma de estallidos, relámpagos que le queman por dentro.
Ahora es el momento de cambiarlo todo, se dice a si mismo… Ahora es el momento de comenzar de nuevo…
Eleva lentamente la cabeza y su cuerpo se relaja levemente, en su cara surge una minúscula mueca que se convierte poco a poco en una sonrisa, muestra sus labios aún salados por la lágrima que acaba de saborear.
Alguien enciende la luz y entra en la habitación, está vacía, afuera llueve…
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