Calipso sonriente
ojitos encendidos
dulce caramelo
sonrío con tu arrebol.
Y tu, solcito de otoño ,
grande en tu pequeñez,
avecilla linda y elegante...
Cuida tu impulso y llénate de inocencia,
mira que tu oscura mirada
atraviesa mis carnes
y me toca advirtiéndome:
"...no te olvides, mis alitas aún son transparentes y frágiles, que tus ojitos no te engañen..."
Texto agregado el 23-03-2012, y leído por 249
visitantes. (7 votos)
Lectores Opinan
26-03-2012
Que hermoso...! Me gustó hugo52
23-03-2012
¿Te has dado cuenta, amiga?...por tus niños sabrás que estás bendita. za-lac-fay33