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Suena la sirena, gritos en las calles, yo estoy aquí sentado en el bazar, em levanto y salgo a ver el incendio, pero no es un incendio, los zombis habían llegado. las personas corrían, yo atiné a cerrar la cortina de metal que tiene el bazar y a dejar entrar a la mejor mujer que pude ver, pues comprendia por mi vaga experiencia recopilada de peliculas y comics, que ya todos en un par de horas más estarían todos muertos. corrí con ella dentro de la casa, cerrando todo lugar por donde pudiese entrar un zombi, tapizando las ventanas. luego buscar armas y ubicarlas en la mesa, despues que estubiese cercado el patio entrar a la casa y cerrar todas las puertas y entrar a los perros para que no hiciesen ruido. esa noche se lo deje claro o se lo metía o se iba, así que lo hice de todas formas con ella, y también por todos lados. Hasta me dijo que le gusto y que seguía muy agradecida por mi hospitalidad. le dije que era muy mala idea seguir en el pueblo porque no teniamos mucha comida. y Además los zombis se acumularian en mayor cantidad en las ciudades y pueblos, que era mejor irnos a las montañas con proviciones de todo tipo y también le explique como sería este nuevo y que no me fuera a cagar con otro weon porque yo la había salvado y todo eso. Entonces nos dedicamos inmediatamente a juntar todos los comestibles y empacamos ropa para el frío. ahora solo nos faltaba un auto y alguna distracción. vi en l televisión que todavía habian formas de salvarse y de matarlos. y al siguiente día, ya estabamos preparados para pártir, solo faltaba el veiculo. cargamos las armas. Nos preparamos para salir, porqu estas cosas como que duermen en la madrugada. y silenciosamente salimos. todo era silencio. Se escuchaba también un costante chupetear de los que aun estaban ocupados comiendo. buscamos un furgón y estaba abierto vacío y con las llaves, nos metimos adentro y cerramos la puerta, nos mantuvimos ahí todo un día meando adentro de unas botellas y comiendo conservas, incluso hicimos el amor lentamente y muchas veces mientras escuchabamos los pasos de los muertos. en la mañana nos quedamos dormidos y empezaron los problemas con ella, que tenía hambre, que tenía sed, que no se iba a tomar ese pipi, que yo era un sucio, que se quería pintar la cara, que quería cagar. Y yo le deje claras las cosas, que si quería se bajaba del furgón y que si no queria pipi se cagaba de sed. y que era mejor tomarnos el meado fresco antes que lo dejaramos ahí por unos días y después lo tamaramos. |
Texto agregado el 22-03-2012, y leído por 132 visitantes. (1 voto)
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